Cuerpo Frío, Corazón Caliente - Capítulo 5 - Despertar
[Capítulo 5 – Despertar]
Solo se escuchaba el
sonido de la misma naturaleza. Los insectos (grillos) cantaban, mientras la
brisa nocturna acariciaba el follaje de las copas de los árboles. Uno que otro
animal deslizándose bajo la hierba, cazando, aprovechando las sombras a su
favor.
Todo era una absoluta
tranquilidad, como cualquier otra noche.
O eso parecía, hasta que
el sonido de pisadas retumbo, haciéndose más pronunciado.
*********
[Derek]
Cuando finalmente el
“castigo” termino, estaba molido. O más bien cuando los matones de Joe
decidieron que era suficiente y que podían dejarle ir. No sin otra advertencia
sobre su comportamiento futuro.
Todo su cuerpo palpitaba
de dolor y estaba seguro que tenía algo roto. Se aferraba a la pared,
intentando no estamparse con la pared, mientras con la otra se apretaba la
parte del costillar, como si eso fuese suficiente para mantener el dolor, pero
sabía que necesitaba atención médica.
No podía ver porque su ojo
derecho estaba demasiado inflamado como para dejarle ver y eso le dolía aún
más. Su boca tenia sabor a oxido y no podía hacerla desaparecer de ella. Las
partes más afectadas eran su rostro y su torso, que habían sido golpeados hasta
que se habían sentido satisfechos.
No era un castigo lo que
Joe trataba de imponer, sino un ejemplo. Un ejemplo para todos aquellos que se
le opusieran y que entendieran de una buena vez por todas que la Colonia estaba
a su mando ahora y que cualquier discrepancia no sería tolerada.
Finalmente no pudo más y
cayó. Deslizándose sobre la superficie de la pared hasta que sus rodillas
tocaron el suelo. Se aferró a sí mismo, tratando de contener las lágrimas,
porque en realidad le dolían más en el estado en que estaba.
¿Cómo había terminado así?
La Colonia ya no era segura, era… un lugar desconocido.
Sin Jason, ¿Cuánto tiempo
tardaría en despedazarse por completo?
Salió de sus pensamientos
tan pronto como visualizó una silueta al otro lado del pasillo. ¿Sería otro de
los matones de Joe, quizás alguno que no había logrado ventilar toda su
frustración en su cuerpo?
Trató de retroceder, pero
falló. No tenía fuerzas y sus piernas estaban demasiado cansadas como para
responderle correctamente. Ni arrastrarse serviría. Solo podía dejar que lo
machacaran nuevamente.
Entrecerró los ojos,
viendo como se le acercaba, esperando el primer golpe.
Sin embargo este nunca
llegó, en su lugar la persona se inclinó, aun con la poca iluminación podía
decir que le observaba.
-
¿D-Derek? – su corazón
se agitó y lo reconoció inmediatamente, resistiendo las ganas de llorar
nuevamente.
-
¿Charlie?
-
¿Qué te pasó? ¿Estás
bien? ¿Qué haces tirado en el…? ¡¿Es sangre lo que huelo?! – su tono de voz se
elevó, demasiado como para pasarlo por alto.
-
N-No, es… - trató
de mentir, pero Charlie le cortó, tomándolo de los hombros.
-
¡Derek! ¿Quién te
hizo esto? ¡Dime! Le hare pagar por lo que te han hecho.
-
No puedes hacer
eso, Charlie.
-
¿Por qué no? Mira
en el estado en el que te dejaron. Apenas te puedes mantener en pie.
El que alguien que no
fueran sus amigos se preocupara por él de este modo, le hacía sentir, de cierta
forma, bien. Era reconfortante, y más porque se trataba de Charlie, un were.
Apretó suavemente la mano
de Charlie, que aún permanecía sobre su hombro.
-
Porque si le pones
una mano encima al responsable de esto, tus compañeros… les harán daño. Y eso
es lo que él quiere. No lo complazcas. No por mi culpa.
Charlie pareció meditarlo
por un largo tiempo, porque no se movió ni un centímetro desde que Derek dejo
salir aquellas palabras. Suspiró y asintió, como un niño al cual acababan de
ganarle en una discusión.
-
Está bien. Deja y
te ayudo. – se inclinó, envolviendo su brazo alrededor de la cintura de Derek,
pero Derek negó.
-
No, estoy bien.
Solo… - sin embargo, por más pataletas que hacía, cuando se dio cuenta Charlie
lo había levantado entre sus brazos.
-
Solo dime si te
lastimo, ¿sí? No soy muy bueno con eso de “cuidadoso”. – dijo, esbozando una
media sonrisa y Derek sintió que su cerebro dejo de funcionar por unos
instantes. Lo suficiente como para que cuando su cerebro volviese a responder
él le imitará y riera.
Sentirse cómodo entre los
brazos de otro hombre, respirando su esencia y dejándose envolver por la
temperatura de su cuerpo, eso era escalofriantemente bueno.
***********
[Oficina
de Adam Snyder Joe]
Solo quedaban ellos tres
en la oficina, bebiendo, cortesía de la vinatería de Adam Snyder. Brodie se
acercó, dejando la colilla de su cigarrillo en el cenicero.
-
¿Y? ¿Ahora qué
hacemos, Joe? Me refiero a los weres.
Joe se reclinó en su
asiento y dejo el vaso en el escritorio, soltando un suspiro.
-
¿A qué te refieres?
No vamos a hacer nada. – alargó la mano
y tomó un cigarro, solo para metérselo a la boca y comenzar a fumarlo.
-
Esto no estaba
previsto. Nos ha jodido todo.
-
Todo seguirá igual.
– dejo salir el humo del cigarro, sobándose el cuello - Bateman ya ha dado la orden y todo esto, la
Colonia, terminara.
-
¡Finalmente! Estoy
harto de jugar a las niñeras. – dijo su
compañero, Sam, a un lado.
-
¿Cuándo se hará?
-
Tres días. Bateman
está cansado de esperar y quiere hacer un buen uso de estas instalaciones.
-
Ya veo.
-
Por el momento,
continúen observándolos. En unas horas se habrán ido, así que…
-
Entendido.
*******************
[Jason
– Zona de Contención]
Trate de recomponerme. Era
demasiada información la que estaba procesando. En un segundo tenia a Thomas
Dale frente a mí, luego a Bateman y después… a mí mismo. Creo que realmente
estaba perdiendo la cabeza.
-
¿Q-Qué esta…? – él
me cortó, levantando un dedo al aire, negando.
Iba de un lado a otro,
pasando las manos sobre la superficie, buscando algo con su tacto. Finalmente pareció
encontrarlo, presionando suavemente, un tablero apareció en la pared y tras
unos segundos pude sentir como el tranquilizante dejaba de ingresar en mi
sistema. Lo había detenido.
-
No tenemos mucho
tiempo. Sé que tienes dudas, pero no es el momento. Primero quiero saber una
cosa; ¿qué rayos estás haciendo aquí?
-
¿Qué? ¿A qué te
refieres? Fui capturado y ustedes me trajeron aquí.
-
¡Eso ya lo sé! Lo
que pregunto es; ¿Por qué? Se suponía que estabas a salvo con los weres.
Entonces, ¿Cómo?
De repente, como un balde
de agua fría, todo se me esclareció. Alguien que puede cambiar de apariencia a
voluntad propia e infiltrarse sin ningún problema.
-
Tú eres el que me
atacó en la Guarida. – no lo había preguntado, lo estaba afirmando. Él asintió,
regresando a su asiento.
-
Sí, lo soy. Y
realmente lo siento. Yo… me descontrole.
-
¡Gracias a ello
estuve a punto de morir! – técnicamente se lo escupí en la cara y él se levantó
de su asiento.
-
Tenía que sacarte
de ahí. No era seguro.
-
¿Según quién?
-
Yo.
-
¿Y el Bosque de los
Azules, lleno de vampiros, era más seguro?
-
… Lo siento. – fue
lo último que dijo, ya que después de ello le siguió un silencio muy largo.
Quería decirle un par de cosas más, pero no me salía nada. Por alguna razón, el
verlo en ese estado me hacía sentir pena por él, lo cual en si ya era decir
demasiado considerando que todo esto era su culpa.
De repente, la puerta
volvió a abrirse, esta vez quien ingreso fue un chico de cabellos oscuros, que
usaba unos lentes de cristal delgado. Nos miró, yendo de uno a otro.
-
Parece que he
llegado a tiempo. ¿Cómo va todo? ¿has suspendido el tranquilizante? – le
pregunto el chico, acercándose. El chico desvió la mirada, tratando de no mirar
a su compañero directamente.
-
Si, lo hice.
Estamos… tratando algunos temas delicados.
-
Griffin, no.
Tenemos poco tiempo. Déjamelo a mí.
-
Pero…
-
Ya has hecho
suficiente. Cuando te dije que debías traerlo no me refería a esto. Debido a
ello tenemos menos tiempo y tendremos que adelantar nuestros planes.
-
Lo siento.
-
Si lo sientes,
encárgate de los esbirros de Dale y deja de darme excusas.
-
Si, hermano.
Griffin, como le había
llamado el otro chico, salió por la puerta, volviendo a adoptar la forma de
Thomas Dale, pero no sin antes mirar por encima de su hombro hacia mí. Me
dirigió una sonrisa apagada y después salió, la puerta cerrándose tras él.
-
Ahora bien, ¿Qué
tenemos aquí? – girándose hacia mí. Se acercó, tomándome del mentón, y aunque
lo parecía, no era un gesto agresivo. Tenía cuidado con la forma en que lo
hacía, sin dejar de observarme fijamente.
-
¿Y tú eres…? –
pregunte finalmente. Él se inclinó y se
colocó a mi altura
-
Chris, no es tiempo
para seguir con estos juegos. No tenemos tiempo.
-
¿Tenemos? ¿A qué te
refieres? – volvió a mirarme, esta vez con una expresión interrogante.
-
¡Maldición! ¿Aún no
has despertado? – abrió mis parpados y luego mi boca, no sé qué buscaba, pero
parecía que no lo encontró, por su expresión de exasperación - Pero si te di de mi sangre, ¿Cómo es…?
¡Esos hijos de puta! - abrió los ojos de golpe, yendo a la parte trasera de la
silla, donde estaban conectados los tubos que seguían extrayendo mi sangre.
-
¿Qué estás
haciendo?
-
¡MALDITOS! Todo mi
trabajo, ¿para qué? ¡Maldito seas, Thomas Dales!
Lo vi dar vueltas
alrededor del lugar, una mano sobre su frente, parecía estar impaciente.
Finalmente se giró hacia mí y me tomó de los hombros, sacudiéndome un poco.
-
Chris, escúchame.
Desde ahora estarás solo. Ya no puedo seguir ayudándote como lo he hecho.
-
¿Qué? ¿De qué…? –
su mano se colocó encima de mi boca, acallándome. Quise morderlo, pero me
detuve. Algo no estaba bien conmigo hoy. Tal vez aun seguía drogado.
-
Calla y escucha,
por favor. Es importante. – no sabía qué
hacer, así que asentí – Bateman me tiene vigilado y cada movimiento que haga,
desde ahora, estará siendo monitoreado. No te preocupes, nos volveremos a ver,
pero no será pronto. Solo… me habría gustado poder ayudarte más. – viendo su rostro, podía decir que era
honesto, ¿hasta qué punto? Eso lo desconocía. Estos supuestos “hermanos” solo o
resultaban atacándome o terminaban metiéndome en alguna situación peor.
Tragué en seco.
-
Podrías liberarme.
-
No, si lo hago,
ahora que no has despertado, no sobrevivirás. – iba a decir algo en respuesta a ello, pero
se me adelanto - Eres fuerte, lo sé, pero tú viste tu propio potencial actual
en el bosque de los Azules. Aun te falta. Aun sigues dormido.
-
¿En el bosque de
los Azules? No te estoy siguiendo, ¿Qué me estas…?
-
Tú moriste, ¿lo
recuerdas?
-
Sí, pero… - era
exasperante que no me permitiera terminar ninguna oración y que toda la
conversación la llevara él.
-
¿Cómo crees tú que
volviste a la vida? - deje de pensar en
otra cosa y me fije en lo que decía - Estabas hambriento y herido, tu muerte
era segura, pero yo… use mi sangre, creyendo que con ello podrías despertar
totalmente. Pero parece que me equivoque.
-
¿Fuiste tú? ¿Por
qué? – su mano se acercó, posándose sobre mi mejilla.
-
Eres mi hermano.
Fuera de todos mis planes, tú sigues siendo mi hermanito. – ahora ambas manos
sostenían mi rostro, obligándome a mirarle fijamente. Tragué en seco,
nervioso. - Chris… no, Jason, tienes que
despertar. Sino lo haces, morirás. No temas a tu pasado, o de lo contrario este
te consumirá. Tus enemigos… sino despiertas no podrás derrotarlos. Recuerda tu pasado.
Las palabras resonaron en
mi cabeza. Pasado, nunca le había
dado muchas vueltas al vacío mental que había en mi cabeza. Era más fácil
seguir sin él y nada bueno salía de indagar entre el polvo. Lo sabía, mi pasado
era importante, pero había hecho caso omiso y lo había dejado atrás. No quería
recordar, pero sabía que había una parte de mi vida que me estaba perdiendo.
Algo que debía recordar.
Maldición, las pesadillas
me habían advertido un millón de veces, pero al igual que había esa parte de mi
vida, también estaba ese yo que desconocía y que me llamaba durante mis sueños.
Ese yo que me daba temor conocer. ¿Despertar? Eso significaba que mi otro yo
también lo haría. No estaba preparado para ello. ¿Cómo enfrentarte a ti mismo,
cuando no te conoces totalmente?
Sudor frio cubría mi
frente y no dejaba de sentir un leve palpitar en mi cabeza, uno que estaba
comenzando a hacerse más fuerte. Era como si al empezar a pensar en mi pasado,
un interruptor se hubiese activado. Un escalofrió recorrió mi cuerpo, seguido
de un dolor en el pecho. Trague en seco, sintiendo la lengua como una lija.
-
Lo sé. Hay una
parte de mí que nunca ha encajado en mi vida, pero… nunca me pareció correcto
indagar. Mi abuelo me dijo…
-
Mentiras.
Ante esto me sobresalte,
tratando de ponerme de pie y darle un golpe en la cara, pero las restricciones
me obligaron a sentarme de nuevo.
-
¡No es así! Él era
el único que me quería. Él era la última familia que me quedaba. Y ahora esta… - apreté las manos en puños y
me mordí la lengua, tratando de contener la bilis que se formaba en mi
estómago.
-
¿Es así? Entonces,
dime, ¿recuerdas a tus padres?
Asentí, molesto.
-
Por supuesto que… -
mis palabras se quedaron en el vacío. Algo estaba mal. Mi mente… estaba en
blanco.
¿Padres? El único recuerdo
que tenia de ellos era una fotografía que mi abuelo guardaba en su oficina,
pero fuera de ello; nada. A decir verdad, nunca había tocado el tema de mis
padres. Nuevamente, debido a que mi abuelo no era exactamente afín a él, le
parecía doloroso y prefería morderme la lengua antes de hacerlo sufrir.
Pero… ¿Por qué no podía
recordarlos? Solo una foto y las cosas que mi abuelo me contaba antes de que
ellos murieran. Sin embargo, nunca había estado ese sentimiento de soledad, de
añoranza por ellos, solo los veía como unas figuras lejanas que me habían
dejado atrás.
-
Algo más simple,
¿tienes un recuerdo de ellos y tú? Lo que sea.
-
¡Claro! Yo… -
vació. Nada. Aunque trataba de recordar algo, lo que fuese, nada venía a mi
mente. Era como si no hubieran estado. Abuelo me había contado muchas cosas de ellos, de cuando aún vivían y
yo era pequeño, pero… - ¿Eh? ¿Por qué…? ¿Por qué no…? – el dolor se hizo más fuerte
y ahora estaba peleando contra él, tratando de no doblegarme ante el dolor
intenso que me embargaba. Sentía como si cada musculo de mi cuerpo estuviera
ardiendo. El dolor se intensificaba, me estaba costando trabajo no solo
respirar, sino también mantenerme atento.
-
¿No recuerdas
ninguno? – volvi a mirarlo, tratando de no desmayarme – Eso es porque nunca
tuviste unos padres, al menos no humanos.
-
Pero yo… - acalle al sentir el dolor y como las náuseas
comenzaban a formarse en mi estómago. Escupí un poco de un líquido transparente,
quizás agua, no lo sabía. Sintiendo la boca amarga y la debilidad por la falta
de alimento. Otro dolor volvió a recorrer mi espina, esta vez no pude
contenerlo y solté un aullido de dolor, clavando mis dedos a la silla en la que
me encontraba.
-
Adam manipuló tus
recuerdos, Jason. A tal grado que ni siquiera recuerdas quién eras en realidad.
Solo para poder utilizarte en sus investigaciones. Adam no están diferente de
Bateman, ¿sabes?
-
No me lo puedo
creer. Eso es…
-
Tienes razón. Hay
una parte tuya que no encaja, y nunca lo hará, a menos que despiertes. Cuando
lo hagas todas tus dudas se disiparan. Solo tienes que aceptar tu pasado.
-
Y-Yo… mi otro yo
es… peligroso. Es…
-
¿Temes cambiar? ¿Es
eso? Jason, no puedes seguir así. Pelear contra ti mismo es estúpido e inútil,
te terminara consumiendo. Acepta tu pasado, no huyas de él. Mira en tu
interior. En tus recuerdos. Tanto Bateman como Snyder ya no tienen poder sobre
ti, pero sigues aferrándote a ellos. Es cierto, ellos son tus enemigos, pero
ahora mismo tienes un enemigo peor: tú. – quiero negarme y decir otras cosas, pero el
dolor es mayor y solo me limito a escucharle.
Se aleja unos segundos,
solo lo suficiente para acercar su mano su boca, mordiendo la carne de su palma,
donde sangre comienza a manar y que sin perder un segundo, comienza a beber
lentamente, pequeñas gotas carmesí se deslizan por su barbilla y yo no puedo más
que mirar, absorto, saboreándome. El ardor en mi garganta se intensifica, ahora
como si me metieran un fierro ardiendo y tragó en seco, sabiendo que eso no hará
más que aumentar mi sed.
Deja de beber y me mira.
No dice nada, solo me quedo embobado, cautivado por aquellos ojos de un color
rosa sangre. Se acerca y antes de que pueda decir algo, sus labios y los míos
se juntan. Su lengua se abre camino y yo le acepto, sin oponer resistencia. Tal
vez estoy demasiado sorprendido o tal vez ya no me importa.
Cuando nuestras bocas se
sellan en un beso tan inmoral y nuestras lenguas se acarician, no puedo evitar
gemir. Sintiendo la calidez de la sangre que se desliza a mi interior,
aplacando mi sed, el ardor va descendiendo levemente. Estoy perdiendo el
control, nuestras bocas se devoran con ferocidad y todo lo que puedo pensar es
que su sangre es deliciosa.
Las lágrimas comienzan a
salir de mis ojos y sin poder detenerlo, todo mi cuerpo se estremece. Él
también llora y sé que es un sentimiento compartido. No mío, de mi otro yo,
quien no puede contener el dolor de ver a alguien que ama herido. Y eso también
me duele, porque sé que aunque lo niegue, Ethan, Griffin, él, forman parte de
mi pasado y están arraigados profundamente en mi corazón.
En una parte que yo mismo
desconozco.
Sin embargo, mi corazón se
siente cálido. Por segunda vez, desde que Randolph me confesó su amor. Y no
puedo evitar volver a llorar, porque siento que le estoy siendo infiel. No de
forma directa, pero si al hacer esto.
La sangre ingresa en mí y
puedo sentir un fuerte escalofrió. Todo mi cuerpo se estremece, a tal grado que
dejo salir un leve gemido. El dolor en mi cabeza ha desaparecido y en su lugar
solo hay calma y puedo sentir como mis músculos se relajan, poco a poco, hasta
que me pregunto si realmente sigo teniendo mis extremidades.
Se separa, limpiando mis
labios con su pulgar. Esbozando una
media sonrisa. Mi cabeza da vueltas, o tal vez solo estoy demasiado exhausto
como para poder seguirle el paso a lo que dice. No puedo más y caigo, cerrando
los parpados.
***********
Solo fueron unos segundos
antes de que se desmayara, cuando Jason volvió a abrir los ojos. Ben tuvo que
retroceder, sorprendido, casi perdiendo el equilibrio. No había esperado esa
reacción automática.
Y ahí, frente a él, se
encontraba su hermano. Los ojos se habían tornado de un color carmesí, pero no
le miraban a él o algo en particular. Había sido una reacción espontaneo.
Prueba de que su sangre estaba haciendo efecto en él.
Se acercó, tomando su
rostro entre sus manos, fascinado por la imagen de su hermano. Era la perfecta
mezcla entre la inmortalidad y el salvajismo.
-
El sujeto perfecto
– pronunció suavemente, liberando el rostro de su hermano. Jason volvió a
cerrar los ojos, dejando caer la cabeza. Todo su cuerpo quedó inmóvil.
Ben lo envolvió entre sus
brazos, sintiendo el calor corporal de su hermano contra el suyo, el palpitar
de su corazón y su respiración tranquila. Esto era todo lo que podía hacer para
ayudarle.
-
Despierta, Chris.
Recuérdame… - se detuvo y se corrijo a sí mismo - …a todos nosotros. Te
necesitamos. – dicho esto, Ben se separó
de su hermano y se encamino hacia la puerta, sintiendo un leve mareo por la
falta de sangre.
Griffin ingresó, notando a
su hermano menor inconsciente y a Ben tambaleándose, debilitado. Le extiende su
mano y le ayuda mantener el equilibrio, sentándolo.
-
¿Cómo salió todo? –
pregunto, mirándolo cuidadosamente, yendo de Ben a Jason.
-
Bien. El resto
depende de él. – presionando el dedo índice y pulgar sobre su frente, calmando
un poco el dolor.
-
¿Crees que lo
logre?
-
Debe hacerlo, o si
no perderá todo. Presente, pasado y futuro. La batalla que se avecina será
difícil, por eso es necesario que el despierte.
-
¿Nos lo llevamos?
-
No. Por el momento
se quedara aquí.
-
¿Eh? ¿Por qué?
-
Te lo dije; Bateman
me mantendrá vigilado. Así no puedo continuar lo que estoy preparando y
cuidarlo, no sin exponerme y que todo se venga abajo. Además, le será de ayuda.
Tú, mejor que nadie, debería saberlo: el camino fácil no es divertido.
-
Pero… - temeroso de
dejarlo en las manos de Thomas Dale. Aunque si eran honestos consigo mismos,
entre los dos sujetos, este era un riesgo menor.
-
Él no sucumbirá a
los caprichos de Thomas. Vámonos, aún hay cosas que hacer. – Ben se levantó de
la silla y comenzó a caminar, sintiendo a Griffin detrás de él, quien había
vuelto a tomar la apariencia de Thomas.
Mientras caminaban por el
largo pasillo, Griffin no dejaba de mirar hacia las cámaras, nervioso. Les
había tomado un poco más de tiempo del que habían imaginado y ahora iban con
prisa. Tenía que salir de inmediato de ahí, ya que si los atrapaban Bateman no
les tendría piedad.
-
¿Estás seguro que
no es peligroso exponerte así? Si Padre se llega a enterar…
-
Cuento con que no
le llegue la información. Además, aún queda arreglar el asunto de la Colonia.
-
¿No debimos
decirle?
-
No, eso solo lo
alteraría y no quiero tener que lidiar con ello. Tiene que hacerlo por sí
mismo.
***************
[Ethan]
Las pisadas resonaban,
provocando que los animales huyeran despavoridos por el ajetreo que se gestaba
en el bosque. Las sombras se deslizaban rápidamente entre los árboles, de un
lado a otro, sin perder el ritmo.
-
¡Vuelvan aquí,
malditos! – gritó, pero ninguno de los hombres obedeció, en su lugar habían
acelerado el paso.
Por primera vez en sus
vidas no atendían a las órdenes del joven y eso lo enfurecía aún más. Eran
libres y no iban a permitir que les arrebataran ello, no cuando les había
costado años.
-
¡Y una mierda que
lo haremos!
-
¡Púdrete!
Los sujetos estallaron en
risas y eso irrito a Ethan aún más. . Le estaban dejando atrás, a ese paso les
perdería la huella y eso no se lo podía permitir. Una cosa era perder a Chris,
pero perder a todo un grupo de Cazadores significaba que su padre lo
asesinaría.
Se detuvo y apuntó,
disparando cuando tuvo a los primeros en la mira. Las cintas salieron
disparadas y tres sujetos cayeron, estrellándose fuertemente contra el suelo,
por la restricción en sus piernas.
Se apresuró, saltando
encima del primero, quien al no poder correr, se arrastraba. Iba a ponerle el
collar de nuevo, cuando tomó su arma y la levantó encima de él, protegiéndose
del cuchillo. Uno de los cazadores le amenazaba con su arma, mientras los demás
liberaban a sus compañeros caídos.
Ethan empujó a sujeto y le
apunto, pero su arma fue cortada por la mitad antes de poder presionar el
gatillo. El cazador alargó el cuchillo y Ethan retrocedió al ver como el filo
de este pasaba muy cerca de su cuello.
Lanzó una patada contra el Cazador, pero este
se defendió con su brazo, reteniendo su extremidad. Girando su cuchillo entre
sus manos, el cazador intentó clavar su cuchillo en la pierna de Ethan, pero
cuando la punta tocó la carne, el arma se partió.
Molesto, alargó la mano y
le atravesó el pecho al cazador. El cazador lo liberó y Ethan lo sostuvo un
momento, mientras este clavaba sus uñas en su pecho, tratando de decir algo,
pero que no salía nada más que leves quejidos ahogados.
-
Así es como se
hace, niño – dijo Ethan, lo soltó y dejo su cuerpo caer al suelo.
Los demás cazadores
miraban, todos preparados para atacar cuando el vampiro mostrara alguna
intención de enfrentarlos y que así sería.
Un sujeto rubio se colocó
delante de sus compañeros, sacando dos espadas de su espalda. Rápidamente se colocó en posición.
-
Iveth, Hakim, se
quedan conmigo. – dijo el rubio y los sujetos asintieron, dando un paso
adelante. Una mujer de tez oscura y cabello corto en forma de casco y un sujeto
con el cabello rapado se situaron a sus costados, ambos sacando su respectivo
armamento. La chica optó por una pistola, mientras el hombre sacaba dos
cuchillos. - Los demás, avancen.
-
Pero… - dijo uno de
los hombres, pero Dune (el rubio) negó.
-
Nosotros nos
encargaremos de él. Los alcanzaremos, así que dense prisa y váyanse.
Reacio a obedecer, al ver
las expresiones de sus compañeros, no tuvo más opción que asentir.
-
Entendido.
Dicho esto los hombres
comenzaron a correr, dejando atrás a sus compañeros.
Ethan les miro, arqueando
una ceja. Yendo de ellos a los que recién acababan de escapar.
-
Ustedes realmente
aman complicarme más las cosas, ¿verdad? – dijo, apretando los puños, echando
la cabeza hacia atrás. Suspiró, divertido. Dune levantó su espada, señalándole
con la punta.
-
No te permitiremos
que vayas tras ellos.
-
Acabaremos contigo
aquí mismo. – fue Hakim quien dijo esto,
haciendo un gesto con su cuchillo sobre su cuello.
Una pequeña sonrisa se
dibujó en su rostro, riendo suavemente. Estaba cansado y realmente quería
regresar a casa. Sino ponía un alto al juego, se las vería muy graves con su
padre. Solo le quedaba una opción. Era mejor nada que regresar derrotado.
Volvió a recuperar su
postura.
-
¿Permitirme?
¿Acabarme? Son muy graciosos, pero… - en cuestión de segundos Ethan rompió el
espacio que los separaba, llegando hasta donde estaba Dune. Alargó su brazo,
ahora convertido en una larga hoja que iba en dirección a su cuello.
Sin embargo el corte nunca
le llego. Ya que Ethan salió volando por los aires. En un descuido, Hakim se había
adelantado a su ataque y le había detenido, aprovechando ello para lanzarlo por
el aire con un golpe en el pecho.
Ethan se estrelló contra
el suelo, levantando tierra y escombros. Sin perder un segundo, se levantó, lo
suficientemente rápido para poder defenderse del siguiente ataque de Hakim,
quien ahora lo mantenía con ambos brazos protegiéndose.
Hakim era rápido, y sus
golpes eran fuertes. Era obvio que tomarlo a la ligera solo le provocaría que
lo acabara de inmediato. No era un humano normal y podía dar por sentado que
los otros compartían su habilidad inhumana. Lo sabía, ellos habían bebido la
sangre de vampiro y sus habilidades estaban por encima de un humano promedio.
Ethan, deja de jugar. Pensó
para sí mismo. Y volvió a intentarlo.
Pero no contaba con que
ahora le ataque seria por parte de dos. Deteniendo los golpes de Hakim,
esquivando el filo de las espadas de Dune. Mientras golpeaba a uno, alejándolo,
aprovechaba el momento y volvía su atención al otro para poder derrotarlo.
Eran rápidos y lo estaban
acorralando. Solo le quedaba utilizar sus mejores trucos.
Su mano derecha dejo de
ser una espada y se convirtió en un látigo. Lo sacudió y atrapó a Hakim con él,
usando toda su fuerza lo atrajo hacia él. Alargando su otra mano en forma de
espada. Pero, nuevamente, el tercer cazador hizo su aparición.
El disparo retumbó en todo
el bosque y el cuerpo de Ethan cayó al suelo, un agujero en la parte izquierda
de la cabeza.
Hakim se acercó, sin soltar
el cuchillo. Listo para cualquier cosa.
Le dio una patada al
cuerpo, dándole la vuelta. La herida del disparo de Iveth seguía sangrando. Se acercó,
en busca de alguna arma que tuviera o algún comunicador. No podían simplemente
dejar el cadáver ahí, no si tenía alguna cosa útil.
Pero no tenía nada. Ni
siquiera un cuchillo. Al parecer su única arma había sido la pistola y su
cuerpo.
-
Parece que está
limpio. No trae nada más que su ropa.
-
Bien, creo que con
eso logramos ganar el tiempo suficiente para los demás.
-
Pero, ¿Qué clase de
sujeto…? – Hakim no terminó su oración. Escupió un poco de sangre y llevando su
mano hacia su garganta, noto el largo corte. Se giró hacia Dune e Iveth,
mostrando su mano ensangrentada, pero no tuvieron tiempo de reaccionar.
Ethan se levantó,
quitándole el cuchillo a Hakim y lanzándolo hacia Dune, pero falló en darle.
Sin embargo, al oír un leve gemido detrás de él, supo que no era para él.
Iveth dejo caer su arma,
unas pequeñas gotas de sangre se deslizaban por todo su rostro, dejándose caer
de rodillas, se hizo más visible el largo cuchillo clavado en su frente.
Intentaba quitárselo, pero el resultado sería el mismo si lo removía o si lo
dejaba; moriría.
Dune se giró, yendo hacia
Ethan. Ambos se encontraron, sus espadas contra el cuchillo de Hakim. Atacó,
provocándole un pequeño corte en el hombro, pero Ethan no parecía inmutarse por
el dolor de la herida. En su lugar continuaba retándolo. Alargando su cuchillo,
haciendo un movimiento en forma de arco, Dune retrocedió y volvió a atacar,
clavando ambas espadas en el pecho del chico.
Ethan chilló por el dolor,
tratando de imponerse y no ser empujado hacia atrás. Plantó sus pies y
presiono. Ambos se detuvieron finalmente, pero Dune no dejaba de presionar sus
espadas en el cuerpo de Ethan y las heridas comenzaban a hacerse más visibles,
manchando sus ropas, goteando la sangre sobre el suelo húmedo. Solo tenía que
seguir así, era cuestión de tiempo antes de que lo terminara de una vez por
todas.
Eso es lo que pensaba,
cuando intento empujar las espadas en el interior del cuerpo de Ethan, estas no
se movieron. Estaban rígidas, como si el cuerpo se hubiese solidificado y estas
hubieran quedado atrapadas.
Una media sonrisa se
dibujó en el rostro de Ethan y dándole un puntapié, lo apartó. Dune soltó las
espadas, tratando de no caer de espaldas por el golpe, intento mantener el
equilibrio. Cuando Ethan, en un rápido movimiento, no solo había sacado las
espadas de su pecho, sino que se dirigía hacia él. Intento bloquearlo, pero al
hacerlo, sus brazos fueron cortados hasta por encima de los codos.
Sus extremidades cayeron
al otro lado del lugar, mientras él se retorcía de dolor en el suelo, apretando
contra su pecho su corte, pero la sangre simplemente no paraba de manar.
Unas piernas se hicieron
presentes delante de él, levantó la mirada, intentando, en vano, de ponerse de
pie. Una de las piernas se posó encima de su hombro, obligándolo a regresar a
su posición y tras un leve movimiento, la espada en manos de Ethan entró por su
boca.
Le había tomado más tiempo
del necesario. ¿Aún seguía débil por su pelea con Chris/Jason?
Las heridas profundas aún
estaban sanándose, y los cortes de la pelea ya habían cerrado. Incluso sus
manos se movían más fáciles. Se quitó la camisa, comprobando si quedaba algo
metido en su cuerpo que impidiera la curación, pero no lo había.
Le quito el equipo a Dune,
ajustando las correas que mantenían las fundas de las espadas en su espalda.
Optó por no tomar su ropa, sería un desperdicio usarlas si al final terminarían
igual que la suya. Así que era mejor solamente utilizar las espadas y las
correas que se ajustaban a su cuerpo.
-
Bien, mi
turno. – dijo, mirando hacia donde los
cazadores habían huido.
***************
[Charlie y Derek –
Enfermería de la Colonia – Planta baja]
Habían terminado de curar
a Derek y aunque no quería admitirlo, agradecía que fuera Charlie quien lo
encontró y no algún miembro de la Colonia. No podría con el interrogatorio
nocturno y mucho menos quería que lo vieran de esa forma, porque solo serviría
para elevar el ego de Joe.
-
Listo – dijo
Charlie con una media sonrisa, no estaba nada feliz de tener que curar las
heridas de su amigo, más que nada porque no deseaba verlo de esa forma.
Derek aun no había dicho
nada, solo se había limitado a aceptar el trato por parte de Charlie, dejándose
curar.
Muchas de las cosas que
había dicho Joe eran ciertas, pero él no quería creer que la gente a la que
alguna vez Jason había protegido, ahora le daba la espalda.
“No siempre puedes
salvarlos a todos. Pero si salvas más de los que sacrificas, estás haciéndolo
bien”
Lo había visto un millón
de veces. Siempre que la situación lo ameritaba, los muchos terminaban dejando
a los pocos. Era la mejor solución posible y les ayudaba a sobrevivir.
Pero, ¿¿Cuándo ya no
quedaban los muchos y eras de los pocos? ¿Dejarías morir a tu compañero para
salvarte?
La respuesta seria sí. En
especial teniendo en cuenta que eran humanos contra monstruos. Ellos no
durarían ni un segundo. Eso era lo lógico, pero no lo que Derek quería seguir.
Un ideal egoísta y “realista”.
La Colonia estaba
repitiendo los mismos errores, a este paso no sobrevivirían. No con la guía de
Joe. La Colonia iba a caer y cuando lo hiciera, Joe no asumiría la
responsabilidad. Eso lo sabía muy bien. Podía decir que Joe estaba al mando,
pero no significaba que se fuera a hacer
cargo de todos. Solo los que le fueran útiles.
Eso es lo que él quería
evitar, pero ahora no había oportunidad. Lo había estropeado todo.
Lo que más le carcomía el
alma es que Charlie y toda su manada le habían seguido, creyendo que podrían
rescatar a Jason, y aunque no entendía bien su relación, sabía que les había
fallado y ahora ellos no podían regresar a su hogar. No sin ser atrapados en el
camino.
-
Sino lo dices en
voz alta, jamás sabré que es lo que pasa por tu mente, Derek. – no sabía en qué momento, pero Charlie se
había agachado hasta estar a su altura, lo suficiente para poder encararlo.
Derek desvió la mirada, pero la mantuvo con la de Charlie.
-
Y-Yo… ¿qué es lo
que harán ahora, Charlie? Me refiero a tu manada.
-
¿Te refieres a si
tenemos un lugar al cual volver? – Derek asintió, aun cabizbajo.
-
Lo seguimos
pensando. No tenemos…- Charlie se hundió de hombros, rascándose la nuca. – Aunque
regresáramos, nuestra Guarida fue destruida. Solo nos queda encontrar un nuevo
hogar.
-
Lo lamento.
-
¿Por qué?
-
Es mi culpa que
terminaran aquí. Y ni siquiera puedo ayudarlos. Todos son…
-
No es tan malo.
Digo, nos sacaron del bosque y gracias a ello puedo decir que ganamos algo de
tiempo y ahora nos encontramos en una zona segura. De no ser por ustedes
seguiríamos allá y probablemente ya nos habrían atrapado.
-
¿Cómo estas tan
seguro?
-
Es una posibilidad.
Y sobre el asunto de Jason, no hay nada que hacer. Tus compañeros han hablado y
han dejado en claro que no lo harán. –
tragó en seco, avergonzado, pero Charlie continuo - Sin embargo, nosotros no
somos tus compañeros y sabemos lo que haremos ahora. Iremos por Jason. –
diciendo esto, Charlie finalmente se puso de pie, levantando los brazos al
aire, estirándose. Derek levantó la mirada, siguiéndole.
-
¿Qué? Pero… eso es…
-
¿Arriesgado?
¿Estúpido? Lo sé. Pero tengo una deuda
enorme con Jason, además es momento de un contraataque, ¿no?
-
Charlie, ¿es
enserio lo que dices?
-
Sí. Muy en serio. – respondió con una enorme sonrisa, que hizo
su corazón estremecer, indicándole que no estaba mintiendo. Lo harían.
Él no se podía quedar
atrás. Él también quería salvar a Jason, aunque la idea significara suicidio,
sus probabilidades de sobrevivir eran mayores con los weres que con Joe. Así
que, ¿Por qué no hacer algo útil? Aun tenia eso que Jason le había
dejado a su cuidado.
Se armó de valor, no podía
dudar en un momento como eso. Si los weres estaban planeando ir tras Jason,
arriesgando sus vidas, él no podía tomarse a la ligera el asunto. Tenía que
arriesgar algo a cambio.
-
Entonces, llévenme
con ustedes. – dijo, tratando de que no tartamudear mientras hablaba.
Charlie le miro con los
ojos abiertos, como si hubiese escuchado mal. Pero Derek no desistió, mirándole
fijamente con una expresión seria.
-
Derek, eso no es…
-
Tú lo dijiste; una
deuda enorme. Y creo que es momento de pagarla.
-
¿Qué hay de tus
compañeros? ¿Qué hay de los que confían en ti? ¿Qué hay de Joe?
Apretó la mandíbula,
sintiendo como los dientes rechinaban por la fuerza con que lo hacía. Suspiró,
calmándose. Por alguna razón, el asunto de considerar la opinión de sus
camaradas ahora le parecía algo gracioso, dando por sentado el estado en el que
se encontraba. Gracias a ellos.
-
Mis compañeros
fueron los que me hicieron esto, porque han dejado de confiar en mí, bajo las
órdenes de Joe. Quedarme aquí… - se atragantó, sintiendo el nudo en su garganta
formándose más y más. Desvió la mirada, aun con los ojos húmedos, sacando la
pequeña tarjeta de su bolsillo. –Esto no
es vida. Encerrado y ahora bajo las órdenes de Joe, solo es cuestión de tiempo
antes de que todo esto termine. No quiero esperar a que ellos vengan por mí. Si
hay alguna oportunidad de rescatar a Jason la tomaré. Así que, ¿Qué dices,
Charlie? - Charlie pareció meditarlo,
considerándolo.
-
Iremos a un lugar
peligroso. ¿aun así vendrás?
-
Morir es lo de
menos. – dijo con una media sonrisa,
aunque internamente estaba muriéndose de los nervios. Charlie lo tomó de los
hombros, sacudiéndolo un poco, demasiado brusco.
-
¡Por favor, tómalo
con seriedad!
Esta vez fue el turno de
Derek de levantar la voz, liberándose del agarre de Charlie.
-
¡Lo hago! Sé las
consecuencias, pero si no hacemos algo la situación no cambiara. Si ustedes van
a rescatar a Jason, yo quiero ir.
-
¿Y si fallamos?
-
Al menos lo
habremos intentado.
-
Eres un humano.
¿Qué podrías hacer para ayudarnos? No podre protegerte cuando hayamos entrado
en la ciudad.
-
L-Lo sé. Y no estoy
indefenso. Jason me dejo esto – dijo Derek, mostrándole la pequeña tarjeta de
color negro a Charlie. A simple vista podría pasar por solo eso, una tarjeta,
pero con ella tenía acceso a todas las instalaciones de la Colonia, incluso a
las zonas que Jason había asegurado antes de su partida y que solo eran de
conocimiento de él y su abuelo, y en menor instancia de Derek puesto que tenía
que saber lo que se encontraba resguardado detrás en cada habitación.
-
¿Q-Qué es eso?
-
Mejor te lo
muestro. – diciendo esto se levantó, tomando la mano de Charlie, sin percatarse
de que alguien les observaba cuidadosamente desde entre las sombras.
******
[Jason]
Chris…
Chris… ven aquí, cariño…
Chris… lo siento…
Todo saldrá bien, mi amor…
Perdóname, Chris…
Mamá te ama, Chris…
Ahí está. La voz de mis pesadillas ha vuelto. Hacía
tiempo que no la escuchaba y ahora es más fuerte. Puedo decir que es la voz de
una mujer, pero no sé de quién se trata.
Alguien sostiene mi mano, su tacto es cálido y
delicado. Tengo que levantar la mirada para verla, es una mujer muy hermosa.
Cabello oscuro cae detrás de su espalda, liso y sin ningún rulo. Viste un
vestido de color blanco, contrastando el tono de su piel aún más.
Ella me mira y cuando nuestros ojos se encuentran me
regala la más dulce y hermosa sonrisa de todas.
Sus rasgos son tan finos que parecen irreales. Unos labios rosados
finos, una nariz chata y un par de ojos del mismo color que el oro. Ella habla,
pero no le escucho, estoy cautivado por su belleza. ¿Ella es real o es otra
ilusión de mi cabeza?
Por alguna razón nos detenemos y le extiendo mis brazos,
pidiendo que me cargue. Ella se agacha y me toma entre sus brazos,
envolviéndome gentilmente, el aroma a flores inunda mi nariz y me recargo en su
pecho, dejándome arrullar por su tarareo.
Me aferró a la tela de su vestido, pero cuando parece
que hemos llegado a nuestro destino me deposita en una suave cama. Arregla mi
almohada y me cubre con una sábana, peinando mi cabello hacia atrás, la caricia
me va relajando lentamente y aunque no quiero siento la impetuosa necesidad de
cerrar los ojos.
Sin embargo, cuando creo que voy a caer dormido, ella
se acerca y me da un beso en la frente. Acariciando mi mejilla, en un acto que
me parece lo más íntimo y puro. Un sentimiento que me llena y me hace sentir cálido.
Un sentimiento que jamás había experimentado.
-
Duerme, mi niño. Mamá regresará muy pronto.
***************
Estaban en una de las
zonas prohibidas, porque así lo había establecido Jason, para mantener a la
gente alejada. Derek sacó la tarjeta de su pantalón y la metió en la ranura,
colocando su dedo pulgar sobre la pantalla.
Tras un pequeño pitido. Se
escuchó como múltiples engranes se movían detrás de la puerta, crujiendo. En un
segundo la puerta se fue abriendo, deslizándose hacia un costado. Derek apretó
la mano de Charlie y lo guió entre las sombras.
-
Los vampiros son
fuertes, por eso necesitamos algunas cosas antes de ir tras ellos.
-
Nosotros somos más
fuertes.
-
Físicamente
hablando, sí. Ellos planean y atacan con armas, no solo usando sus habilidades.
Así que… - Derek le soltó por unos segundos, lo suficiente para que unas
pequeñas luces comenzaran a iluminar el interior de la habitación,
encendiéndose en secuencia.
Charlie no sabía cómo
reaccionar ante aquello. Así que solo se limitó a mirar a Derek, obviamente
sorprendido.
-
Esto es…
-
Si vamos a pelear,
lo haremos bien. – viendo a Derek cruzar los brazos, con una sonrisa de
satisfacción.
Era como si todas las
armas que nunca se habían usado en toda la guerra contra los vampiros
estuvieran reunidas ahí mismo. Era una colección, la cual habría hecho llorar a
cualquier fanático de las armas.
Vehículos alineados en
ambos costados. Incluso podía asegurar que había vislumbrado un tanque entre
ellos. Las armas estaban colgadas en una estantería, que ocupaba lo de tres
espacios, mostrando desde armas pequeñas hasta grandes. Granadas, cuchillos,
rifles, pistolas, machetes, cuerda, todo lo que te imaginaras en una guerra,
estaba ahí.
-
¿Estás seguro que
podemos usarlo?
-
¿Crees que ellos lo
van a usar estando encerrados? Solo si lo usan para matarse entre ellos. Mejor
nosotros que ellos.
Charlie quería decir algo,
pero sabía que el corazón de Derek se hallaba herido, defraudado por sus compañeros y decirle que no era así
sería una estupidez, porque ambos sabían que la Colonia lo había dejado claro. Solo
esperaba que Derek no estuviera haciéndolo en un arrebato de ira, porque esos
eran los que lo cobraban más grande.
Por otro lado, si Derek
estaba haciéndolo bajo su conciencia, entonces solo quedaba apoyarlo y aceptar
su oferta. Serian momentos difíciles desde ahora y tendrían que cuidarse las
espaldas, al menos hasta que la operación tuviera lugar.
Estaban a pocos
centímetros de distancia, pero aun así podía percibir el dulce aroma que el
cuerpo de Derek despedía. Era provocador. Charlie quería acercase un poco más,
mucho más. Aunque fuera solo sostener sus manos como lo había hecho Derek, sin
darse cuenta de lo que provocaba su acción al cuerpo de Charlie, hacia unos
minutos. Su mano aun palpitaba por el tacto de Derek.
Era extraño y tener esos
pensamientos le avergonzaba a tal magnitud que no podía verlo directamente a
los ojos, no sin sentir la impetuosa necesidad de sostenerlo.
Pero antes de poder
acercar su mano para tocarle el hombro a Derek, un fuerte pitido resonó,
provocando que ambos se sobresaltaran.
Luces rojas comenzaron a
parpadear, iluminando toda la habitación.
-
Oh, no. – dijo, sintiendo como toda la sangre de su
cuerpo se detenía.
-
¿Qué sucede?
-
Problemas. – fue lo
único que pudo decir. Y justo como lo había predicho, los altavoces comenzaron
a resonar y eso solo indicaba que tenía razón.
-
¡VIOLACIÓN DE
PERIMETRO! ¡VIOLACIÓN DE PERIMETRO! - la
voz de Norman resonó en el lugar y Derek comenzó a correr, tenía que ir
rápidamente hacia el Centro de Control y verificar lo que estaba pasando.
Charlie detrás de él, siguiéndole el paso, lo que agradeció. - Repito:
¡VIOLACIÓN DE PERIMETRO! NO COMBATIENTES
VAYAN AL REFUGIO DE INMEDIATO. ESTO NO ES UN SIMULACRO.
Derek se giró y volvió a
asegurar la puerta. Hasta que escucho la confirmación, fue que comenzaron a
alejarse. No tenían tiempo.
Alguien había llegado lo
suficientemente cerca de ellos como para encender las alarmas y no era una
coincidencia.
*****************
No era una sorpresa que
las alarmas despertaran a todos y que tanto weres como humanos se estuvieran
concentrando en la plaza, inquietos. Simon no sabía cómo lidiar con la situación
de los weres y estaba teniendo más problemas para calmar a los suyos, indicándoles
que fueran al refugio.
Pero sabía que no podía
decirles lo mismo a los weres, porque la Colonia se molestaría y volverían a
pelear. Tenía que calmar a unos primero y lidiar con el resto después. Por
suerte para él, Derek apareció entre la multitud, seguido por uno de los weres,
el pelirrojo que no recordaba su nombre.
-
¡Simon! ¿Qué está
sucediendo?
-
¡Derek! ¡Demonios! ¿Dónde
te…? ¿Qué te pasó? – viendo la condición de su amigo. Solo lo había dejado unas
horas y el sujeto estaba como recién salido de un encuentro de boxeo. Lleno de
vendas y con el rostro aun moreteado.
-
Y-Yo… - dijo,
avergonzado, desviando la mirada. Pero Simon fue directamente al were.
-
¿Acaso fue él? – lo
tomó de la camisa, pero Charlie no se inmutó. - ¡Si le hiciste algo, te juro que…! – Derek se acercó
y lo obligo a soltarlo, negando con la cabeza.
-
¡No, él no fue! Fue…
- su amigo se encorvo, mordiéndose el labio. Algo le estaba ocultando, pero por
el momento podría dejarlo pasar, ya que tenían un asunto entre manos que debían
tratar antes.
-
Lo que sea. Tenemos
cosas más importantes de las que encargarnos. Estamos… será mejor que entres y lo veas por
ti mismo.
Nadie dijo nada cuando
Derek ingresó con Charlie detrás de él, tal vez porque todos estaban más
preocupados por lo que sucedía en el sector que por un were en el Centro de
Control.
-
¿Qué fue lo que
pasó? ¿Cuál es la situación?
-
Los sensores de
movimiento captaron algo, o alguien más bien. – dijo Norman, adelantándose. El sujeto
era un hombre con unos enormes lentes rectangulares, cabello grisáceo y de
estatura mediana, casi le recordaba un poco al doctor Mason, y no despegaba la
vista de la pantalla, tecleando de una manera que parecía fuera a dejar las
teclas sumidas en el teclado.
Pasaba de un teclado a
otro, moviéndose gracias a la silla con ruedas, iba de un costado al otro, intercambiando
su atención a un nuevo monitor. En lo que parecía un plano desde arriba de lo
que era el área alrededor de la montaña se mostraban pequeños puntos rojizos
que se movían de un lado a otro. Unos estaban más cerca de llegar al pie de la
montaña y otros se habían quedado algunos metros atrás.
-
Esta fue la última
captura que nos dio el centinela en los últimos 5 minutos. Además, los sensores
de movimiento se activaron al mismo tiempo que aparecieron en el radar.
-
¿Vampiros?
-
No lo sé. Primero creí
que se trataba de algún animal salvaje. ¿Recuerdas el desastre que nos hizo esa
camada de conejos? – Derek asintió.
-
Si, atrajeron a
varios depredadores y las alarmas terminaban encendiéndose cada 15 minutos. Además,
algunos se comieron el cableado y perdimos muchas cámaras.
-
Bueno, al parecer
no son conejos.
-
¿A qué te refieres?
-
A esto – presionó otro
botón y en segundos una imagen comenzó a aparecer en la pantalla, donde bien se
podía ver tres figuras vestidas totalmente de negro, al parecer en una clase de
enfrentamiento mortal. No tenía que ser un genio para identificarlos. Tragó en
seco, apretando las manos, sintiendo como su corazón se aceleraba. Era la
primera vez que un incidente de este tipo pasaba y no sabía cómo reaccionar.
-
Nunca se habían acercado
tanto.
-
Es por eso que
estamos en esta situación. Si mis cálculos son correctos estarán aquí en 45
minutos, quizás un poco menos.
Era muy poco tiempo. Reunir
un equipo, además de que no todos en la Colonia eran combatientes. Algunos solo
se dedicaban a ser labores simples. No eran guerreros.
Tal vez si ni atacaban y
se mantenían ocultos, no los descubrirían. Solo tendrían que mantener calmados.
Después de todo, ellos aun creían que esto era una montaña, no una base
artificial.
Iba a decir algo, cuando
Joe hizo su entrada, yendo directamente hacia la pantalla. Brodie se le acerco
y se susurró algo al oído, señalando el mapa.
-
Nos encargaremos.
-
Joe… - intentó
llamar su atención, pero esté le ignoró.
-
Lleven a todos al
refugio. – dirigiéndose al grupo que se encontraba cerca. Estos asintieron y
comenzaron a movilizarse. - Puede que las cosas se pongan… algo movidas.
-
Son vampiros, Joe. – remarcó Derek, a lo que Joe rodó los ojos.
-
Lo sé.
-
¿Crees tener alguna
oportunidad?
-
Lo creo.
-
Pero…
-
Basta de palabrerío.
Se de utilidad y obedece lo que te digo, por una vez en tu patética vida. No tenemos
mucho tiempo.
-
Joe, estamos
listos. – anunció Sam.
-
¿Qué van a hacer? –
la pregunta se le salió de la boca, retractándose inmediatamente, pero no había
nada que hacerle ahora.
-
¿Qué crees? Vamos a
darles caza.
Derek se acercó, tomándolo
del brazo.
-
¿Y si en realidad
no saben que estamos aquí?
-
No importa. Se han
acercado demasiado, algo que ninguno había hecho. Demasiada coincidencia – era
como si Joe le hubiese leído el pensamiento.
-
Tal vez los weres
los atrajeron, ¿sabes? – el comentario salió de alguna parte entre el grupo de
hombre que lo acompañaban, por lo que no supo quién fue realmente. Joe se giró,
una sonrisa burlona apareció en su rostro.
-
Si, de no por ti,
Derek, esto no estaría pasando.
-
¿Eh? ¿Me están
echando la culpa?
-
¿Y de quién más
crees que es? – Joe le empujó, provocando que se tambaleara - Yo no fui el que
trajo una manada de weres a la Colonia.
-
Eso fue…Lo siento. –
fue lo único que pudo decir al sentir como había llegado directamente a la pared.
Todos veían, pero nadie hacia nada, incluso Simon. Charlie quería hacerlo, pero
sabía que solo comprometería a su manada. Los recuerdos previos de Joe y sus
matones golpeándolo regresaron y le provocaron escalofríos. Joe lo tomó del
cuello de la camisa, levantándolo un poco del suelo.
-
¿Lo sientes? ¿El
qué? ¿Exponernos o traicionarnos? Confiábamos en ti y tú… - notando la multitud
de gente que se les quedaba viendo. Era un buen espectáculo, pero no tenía
tiempo para seguir con ello. Se acercó a él, lo suficiente para susurrarle algo
que no todos escucharían – Si fuera tú, consideraría
abandonar la Colonia. Es más, estoy seguro que si se los pides a los weres te
dejaran que vayas con ellos. Como su mascota, quizás.
Joe se alejó, liberando su
agarre de su camisa. Derek se quedó aferrado a la pared, clavando los dedos en
la superficie, sintiendo que si no lo hacía no sentiría la realidad a su
alrededor.
-
¡Vámonos! Tenemos
trabajo que hacer.
Todos asintieron sin
protestar y rápidamente la Colonia volvió a movilizarse. Simon hizo gesto de
querer acercarse a Derek, pero desistió, yendo a ayudar a los demás. Era como
si todos hubieran vuelto a sus vidas y Derek solo formara parte de la decoración.
Charlie apretó los puños,
tan fuerte que sintió el dolor llegar hasta sus hombros.
****************
El presentador hizo su
entrada, aferrándose al cable que lo mantenía en el aire, mientras saludaba a
los invitados. Dio un leve giro y cuando
sintió sus pies tocar el suelo, tomó el micrófono y comenzó a hablar.
Era un show especial, o al
menos eso le había dicho su jefe, así que tenía que hacer un buen trabajo.
Elevó la mano al aire y
todas las luces se enfocaron en él, la pantalla regalándole una hermosa vista
de su rostro. Les regaló un guiño a todos y comenzó.
-
Antes de empezar,
este será un show diferente. Ya que tenemos con nosotros a todo un grupo de
novatos que se mueren por entretenerlos. Así que sean amables y denles una cálida
bienvenida. ¡Y que empiece el Carnaval!
Tras hacer las
presentaciones, todo el lugar estallo en risas y aplausos, el presentador se quedó
viendo como las puertas de los novatos eran abiertas, curioso por ver a los
nuevos candidatos. ¿Serian cazadores o terminarían como la cena de esta noche?
Jalo el cable y comenzó a
ascender. Era el momento de empezar con un nuevo juego. Y no quería estar en el
medio de ello.
Comentarios
Publicar un comentario