Mestizaje - Capitulo 2


***

5 enormes paginas de como había llegado y su instalación en la isla Esmeralda, nada aun que pudiera servirme para mi búsqueda. Llevaba la 3ra taza de café, y aunque la lectura no parecía prometedora debía seguir con ella. Hasta el momento solo había encontrado lo básico del perfil de Timothy, una persona con mente abierta, sensible, bondadosa y que no se guiaba por la sociedad racista que le rodeaba. Había tenido que soportar el ver como otros sufrían por esto, sin embargo el intentaba ser el cambio entre todos. Sentí el celular vibrando en mi bolsillo, lo saque rápidamente y conteste.

-          Diga.

-          Hola Alex. ¿Qué estas haciendo hasta tan tarde? – era la voz de Mimí, por su estado se escuchaba ebria y alegre de estarlo. Sabia que si le colgaba me facilitaría el seguir con mi lectura, pero no me apetecía que estuviera llamando como loca toda la noche,

-          Trabajo, ¿lo conoces? No olvides que algunos si trabajamos diariamente.

-          ¡Bu!... no seas aguafiestas, además solo te llamaba para que supieras que acabo de ver a tu ojitos con un acompañante y se veían muy felices.

-          ¿Cómo se que no estas alucinando? ¿o mintiendo?

-          Bueno, entonces mira con tus propios ojos.

-          ¿Qué?

El celular volvió a vibrar, había recibido una imagen. Cuando la seleccione, aparecieron dos personas adultas juntas, tomando un poco de vino en copas de cristal, una de ellas era mi supuesta pareja y el otro un extraño desconocido. Un sentimiento de tristeza y rabia me invadieron.

-           Te lo dije ¿o no?

Las estúpidas palabras de Mimí solo sirvieron para avivar el fuego en mi interior, apreté el celular, no se como hice eso, pero lo lance contra la pared con una fuerza sobre humana, el aparato se hizo pedazos y cayeron dispersos sobre la alfombra. ¿Cómo había sido capaz? Tenia ganas de asesinar a ese cerdo calenturiento con su propia corbata de franjas azules que tanto amaba, pero eso solo serviría para darle mas importancia de la que se merecia, y realmente no me quería manchar las manos. Aun a estas alturas el preguntar el como era algo repetido y a la vez agotador, quien mas le iba a conocer su personalidad infiel y fría ante su amante, fuera quien fuera.

Estaba con los brazos cruzados sobre el escritorio, a un lado la lámpara y el diario de Timothy. Tal vez el leer me haría sentir un poco mejor, me haría olvidar muchas cosas si me sumergía en la vida  personal de otra persona. La pagina seguía marcada con un lápiz, asi que fue fácil volver a abrirlo, ya que la primera vez había tenido que ir con un cerrajero para que le abriera al candado oxidado sin desgarrar alguna pagina. La lectura volvió a captar toda mi atención, atrapándome en una historia que seguía sin descifrar.

***

Otro día mas atrapado en esta meseta de agua flotante, no se mueve y no creo que piense hacerlo por mucho tiempo, siento que cada vez me pongo mas nostálgico al extrañar mi antigua vida, mi antigua casa, mi patria. Este es un mundo desconocido, desde sus terrenos hasta sus habitantes, el alcalde se ha hecho fiel amigo de mi padre y mi madre se ha integrado en el grupo de las damas de honor, algo típico en ellos el lograr entrar en una sociedad lista para ser transformada, sin embargo la única cosa que sigue sin encajar; soy yo.

Por donde lo mires el lugar esta lleno de caras sonrientes y  personas trabajadoras, hay algunos inconformes, pero como dice mi padre “déjales que rebuznen como los asnos, pronto entenderán que esto es para mejora de ellos”. La servidumbre de la casa es muy atenta conmigo y siempre están de buen humor, algo que no se ve en Inglaterra, sin embargo esto no aminora mi sentimiento nostálgico en mi interior.

Para librarme de todo tipo de pensamientos melancólicos me dedico a devorar los libros que hay en la nueva biblioteca de mi padre, los cuales, la mayoría, son de leyes o política. También salir a caminar por el pueblo me relaja, en especial en las tardes cuando el alba esta apunto de ocultarse, puede que el lugar sea como una prisión flotante, pero tiene su belleza en su naturaleza, desde sus amaneceres  hasta sus crepúsculos. Aun hay algo que sigo con duda y que creo seguiré así; el jardinero. Desde la ultima vez que hablamos en ese lugar apartado en el que nadie se imaginaria podría estar algún ser vivo, o al menos eso pensaba yo, no me había vuelto a dirigir la palabra, aunque no era como si lo deseara, solo me parecía extraño su comportamiento.

Por ordenes de mi padre se me ha obligado a tomar clases privadas con un tutor de la isla, el profesor Tworlock, todas las mañanas hasta mediodía. Sus clases son entretenidas, o eso pienso después de haber pasado tanto tiempo sin escuchar la voz de alguien con modales me es grato escucharle hablar con el acento típico de elegancia y cortesía que tiene todo tipo ingles. Algunas veces, cuando queda tiempo de sobra, me relata varias de sus anécdotas de sus viajes a otros lugares, cómo son, sus culturas, las aventuras que ha experimentado y cuanta gente ha conocido en sus viajes. La política esta en mi sangre, en mi árbol genealógico, pero lo que realmente me apasiona son las plantas, la medicina natural en especial. Mi deseo es convertirme en alguien que pueda curar a las personas y que este orgullosa de si misma por su trabajo. Pero mi padre sigue con sus ideas autoritarias de que debo dejar de pensar de esa manera y pensar mas en algo que me será productivo y de lo que podre vivir por mi mismo. Eso lo vuelve una lucha cuando intenta ingresarme entre su circulo de conocidos, a quienes llamo “LOS LAMEBOTAS de papá”, y yo me niego rotundamente alegando que deseo algo mas que las leyes sin sentido que pone una sociedad esclavista y discriminante, que se rige por clases sociales y riquezas sin valor.

Hoy, como todos los días, me he peleado con el, esta vez por llamarle COBARDE SIN PANTALONES, tras haber descubierto la razón por la cual nos había traído a esta isla, o mas bien, a mi. Con el deseo de que no escapara a mis obligaciones y hasta que entrara en razón sobre mi futuro, yo me quedaría en esta isla, como mi prisión, aislado de las malas compañías y completara mi adiestramiento.

-          ¿Qué es lo que te ocurre? ¿Cómo puedes hacerme algo asi? A mi, tu hijo, dime. –fueron mis palabras cuando le enfrente, al entrar a su despacho.

-          ¿de que estas hablando?

-          ¿creías que no me iba a enterar? ¿Cuánto pensabas seguir ocultándomelo? Porque me imagino que mamá lo sabe todo y esta de acuerdo a que se siga con tus planes.

-          ¿podemos hablarlo mas tarde? No tengo tiempo para esto. – dijo dándose la vuelta regresando a su papeleo sobre el escritorio.

-          No. Lo hablaremos ahora, al menos puedes darme una explicación. ¿Por qué?

-          ¿Por qué? Te diré porque, porque el banco tomo posesión de todas nuestras cosas, de mis fondos, de nuestras tierras. Todo. Necesitaba una forma de que nuestra familia no cayera en desgracia.

-          Querrás decir que tu no cayeras en la pobreza.

-          No me hables de eso. ¿crees que sobrevivirías sin ningún lujo? No seas estúpido y usa la cabeza por una vez.

-          Lo haría y sin necesidad de tu caridad, aunque dudo que te quede un centavo después de que anule mi compromiso con Nathaly.

-          No te atreverías.

-          ¿quieres apostar? Al menos yo tendré el valor de ir personalmente y retractarme con su padre y ella.

-          Si haces eso, todos vamos pagar las consecuencias, entiende eso. ¿Por qué siempre eres tan estúpido? Nunca consideras como afectara a los demás tus acciones infantiles.

-          ¿y tu si lo has hecho? Por supuesto que no. Solo eres un cobarde sin pantalones que no tiene el valor de enfrentarse a las consecuencias de sus propias estupideces.

El sonido del golpe de mi padre contra mi mandíbula fue estrepitoso, que me lanzo al otro lado de la habitación, mi madre exaltada corrió tras de mi, para socorrerme, presa del pánico a que hubiera sido lastimado mas de lo debido, antes de que llegara hacia mi, me levante y puse un metro de distancia entre nosotros, no quería que nadie se me acercara, de los que mas habían embaucado y engañado con artimañas, ¿Cómo podría confiar ahora en ellos? Salí de la habitación sin rumbo fijo, afuera estaba lloviendo a cantaros, era como si un huracán estuviera suelto, todo estaba lleno de agua, aunque eso no tenia importancia para mi, solo quería irme, alejarme de mi familia; de mis padres. Ignore los gritos de mi madre clamando por mi regreso a la casa, mis piernas se movían por si solas hasta llegar a la parte donde los arboles comenzaban en conjunto el cuerpo completo de un bosque sin explorar, la reserva. Había corrido un gran camino desde mi casa hasta el bosque, pero el dolor en mis piernas no me molestaba, sino el constante punzón de mi pecho, toda la cabeza me daba vueltas, ¿Por qué? Era la única pregunta que seguía en pie dentro de mi, dando vueltas.

Junto a un pino, resguardándome del agua debajo de el, me senté a llorar por mas de una hora. Las luces comenzaban a hacerse notorias en el pueblo, debía regresar pronto, pero no quería hacerlo, no aun. Tras pensarlo por varias horas, sino regresaba ahora, algún animal salvaje podría atacarme y matarme. El agua aun seguía cayendo, de manera mas moderada, mis ropas estaban empapadas y al parecer mi calzado también. Llevaba ratos caminando en círculos, y no podía encontrar la salida del bosque, solo veía mas y mas arboles iguales por todas partes, estaba perdido en medio de un bosque peligroso que no había sido todavía limpiado de depredadores. Sin mencionar que el agua comenzaba a  hacer sus efectos de propiciarme una fiebre por haber estado toda la tarde empapado con agua helada de lluvia. Justo antes de darme por vencido en si saldría del bosque vislumbre una silueta, por los hombros amplios y la estatura, deduje que se trataba de un hombre, algún leñador o un ebrio conocido del pueblo, no me dio tiempo de esconderme, sentí que las piernas, finalmente, me fallaron y cai sobre el lodazal y el agua sucia, mis sentidos se apagaron por completo, solo podía sentir como dos fuertes brazos me levantaban del lodo y me cargaban hasta donde parecía ser una cabaña, por el aroma a cedro, pino y el humo de la chimenea.

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