El Ex - Capitulo 1 - Viernes

El Ex
Por: Takeo Higurashi

Un fin de semana como cualquier otro, Taiga se encarga de transportar a unos heridos al hospital, con quemaduras terribles, pero al menos con vida. Mientras prolonga su estadía, esperando una buena noticia de las víctimas, y con el ánimo de su novio, Tetsuya, a través del celular, una presencia aparece para sacudir su mundo de pies a cabeza.
Daiki sufrió un accidente automovilístico. Con el cuerpo lastimado y lejos de su casa, el que uno de sus viejos amigos, sombra y antiguo amor le brinde su mano durante el fin de semana, antes de que sus familiares regresen para cuidarle. ¿Tendrá la resistencia de quedarse quieto mientras le mira con su nuevo novio? Aun a sabiendas que Taiga está ahí para mantener su lugar como novio, y no pretende darle su puesto tan fácilmente.
Tetsuya ha creado una nueva vida, no podría pedir nada mejor. Su novio se le acaba de declarar, su trabajo como escritor va muy bien y tiene un futuro muy prometedor. Sin embargo, cuando creía que su felicidad era duradera, un accidente imprevisto hace que todo cambie drásticamente. Al ver el cuerpo de Daiki todo herido y sin nadie que le tienda una mano para ayudarle, ¿Cómo quiere Taiga que lo deje a su suerte?
Ahora estos tres personajes tendrán que enfrentarse a sentimientos reprimidos durante muchos años. Celos, amor, rabia, culpa, fidelidad, amistad.
KagaKuro/AoKuro


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“Si tu ex quiere volver, no lo aceptes, aquello ya lo chupo el diablo.”
Kise Ryouta

Capítulo 1 – Viernes


Taiga daba vueltas alrededor del pasillo, intentando calmarse un poco. Sus compañeros le habían dejado hacia 15 minutos, después de ser llamados de nuevo para continuar con la revisión del lugar que ahora estaba hecho cenizas.
Taiga se había quedado, más que nada para saber la condición de aquellos dos chicos. Uno de ellos estaba gravemente herido de la pierna y su compañero había sufrido quemaduras de tercer grado en la espalda al caerle escombros.
Los doctores aun no le decían nada y las enfermeras corrían por todas partes, puesto que no solo ellos resultaron heridos, tenían algunos que estaban siendo atendidos por haber respirado el humo y otros que seguían siendo checados para darles de alta. El hospital era un caos total.
Su bolsillo comenzó a vibrar, notando que era su celular, lo saco rápidamente.
-       Hola.
-       ¡¿Taiga?! ¡¿estás bien?! tus compañeros me dijeron que estabas en el hospital. ¡¿te pasó algo?!
-       ¿Q-Qué? No, yo estoy bien. Tranquilo. Solo me quede por los heridos.
-       Ya veo. Dios mío, casi haces que me dé un ataque. Voy a matar a tu senpai. – escuchando el sonido de una bocina y alguna que otra maldición en un tono más grave.
-       ¿estas conduciendo? Es peligroso.
-       Shu, no me digas de peligros, señorito. Ya me contaron la tontería que hiciste al lanzarte al fuego. Taiga, ¿Qué estás pensando? ¿eh?
-       Lo siento. Pero tenía que…
-       Hacerlo, ya lo sé. Te voy a… - sin poder evitar sonreír como un tonto ante las palabras de su pareja.
-       Puedes castigarme como desees cuando llegue a casa.
-       No será necesario, ya estoy en el estacionamiento.
-       ¿eh? ¿Por qué estás aquí?
-       Bueno, estaba preocupado. Pensé que algo te había pasado y deje todo por venir a verte.
-       No tenías que…
-       Calla. Ahora mírame y dime tus razones por tan estúpida razón.
-       ¿Q-Qué? – dándose cuenta que su novio (prometido) estaba detrás de él, con los ojos un poco rojos y frunciendo el ceño, obviamente molesto. Cuando se acercó, este se lo impidió, colocando su dedo índice sobre su pecho.
-       Eres un tonto, Kagami Taiga. ¿Porque no me llamaste? Estoy que me muero de preocupación.
-       Y-Yo… lo siento, Tetsuya – acercándose, rompiendo la distancia, envolviéndolo en sus brazos. Escuchando el leve gimoteo del más pequeño contra su pecho. Acaricia su espalda, confortándolo. – debí llamarte, pero no creí que mi senpai fuera a llamarte y decirte semejante cosa. Estoy bien ¿sí? Solo estoy esperando a que me digan por el estado de las victimas que rescate.
-       ¿Por qué te lanzaste, incluso cuando te dijeron que no lo hicieras? ¿eh? – tragó en seco, desviando la mirada ante el ceño fruncido de su novio, iba a matar a su senpai por traicionarlo de esa forma.
-       Y-Yo… fue estúpido, lo sé, pero…
-       ¡Dios! Piensa un poco, ¿sí? Cada vez que haces esa clase de cosas, ¿Cómo crees que estoy? Con el cristo en la boca.
-       Lo lamento, prometo no volver a hacerlo.
-       Eso me lo dijiste la última vez. – mirándole, Taiga hizo una mueca de “atrapado”. Tetsuya suspiró, no podía hacer nada, ese hombre era así, si quería que dejara de hacerlo ni con un millón de azotes podría hacerlo entender. Taiga era un buen hombre, pero a veces, esa misma bondad llegaba a ponerlo en los peores peligros. – solo prométeme que te cuidaras más, ¿sí? No quiero volver a recibir otra llamada como la de hoy. Te juro que sentí que me habían dado un golpe en el estómago.  – diciendo esto, Tetsuya se tambaleo, siendo sostenido por Taiga ante de que cayera.
-       ¿Estás bien? – llevándolo hacia uno de los asientos disponibles. Revisándolo con preocupación.
-       Si, solo estoy un poco mareado. Se me bajo la presión del susto.
-       Lo siento… ¡Espera! ¿tenías la presión baja y aun así te arriesgaste a conducir? Tetsuya, ¿Qué te pasa?
-       Oye, no es momento de regañarme. Y menos viniendo de ti, ¿sí?
-       Lo siento. Eso también fue culpa mía. Prometo tener más cuidado.  –le dio un suave beso sobre la frente. Provocando un sonrojo en las mejillas del otro.
-       Bien, mientras lo tengas presente. – sonrió.
-       ¿volverás a casa?
-       Aun no, Midorima-kun me pidió que fuera a su oficina después de verte.
-       ¿Midorima? ¿qué quiere?
-       Aun no lo sé. Solo me dijo que era un asunto muy delicado. No le entendí completamente, estaba gritándole que revisara en sus listas si tu nombre estaba registrado y algunas otras cosas, creo que se sorprendió un poco por mi nada fino vocabulario. ¿esperaras por mí o tienes que ir a la estación?
-       Puedo esperarte. Así volvemos juntos y podemos tomar un baño juntos.
-       Oh, ¿alguien tenía planes desde el principio?
-       Solo digamos que verte con delantal me dio ciertas ideas.
-       ¿Q-Qué? ¡Lo olvide! ¿Por qué no me dijiste?
-       Porque te veías lindo. ¿y el cucharon?
-       Esperando por ti en casa para regañarte.
-       Oh, suena muy tentador. – atrayéndolo contra su cuerpo, comenzó a besarle la mejilla subiendo hasta provocarle cosquillas en su oreja.
-       Basta, me voy con Midorima-kun.  – negó, apartándolo sutilmente.
-       No me dejes. – chillo como niño pequeño, pero Tetsuya no cedió.
-       No seas un niño. Regreso en unos minutos.
-       Está bien.
Viéndole perderse al girar en el pasillo, y como le daba un guiño como un regalo antes de irse. Solo gruño de felicidad, ese pequeño diablillo tenía control sobre él.

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Terminaba de garabatear, arreglando el expediente de su último paciente., cuando la secretaria apareció en la puerta.
-       Midorima-san, lo busca alguien. – la mujer le sonrió. A lo que el doctor dejo salir un suspiro, según lo acordado solo tenía una cita apuntada para el día de hoy, y era un conocido.
-       Hágale pasar, por favor.
-       Claro.  – respondió, feliz, ocultando el leve sonrojo. Otra chica que caía por el doctor Midorima, quien era un adicto al trabajo y su único interés era profesional.
Varios minutos pasaron hasta que volvió a escuchar el toque sobre su puerta. Dejo el expediente dentro del cajón de su gaveta, girando su silla para encarar a su compañero.
-       Hola, Midorima-kun.
-       Kuroko… - negó, arreglándose los lentes. Carraspeo un poco y volvió a intentarlo - …digo, Kagami.   Aun es difícil acostumbrarme a ese apellido tuyo.
-       Hey, aun no estamos casados, así que no me llames así. Sigo siendo Kuroko Tetsuya. – con una leve sonrisa, aunque el cumplido de ser llamado “Kagami” le había gustado.
-       Hasta el siguiente mes, ¿verdad?
-       Si, por cierto, prometo enviarte tu invitación y la de Takao-kun en estos días. ¿asistirán?
-       Tengo una agenda muy apretada, pero… puedes contar con que asistiré.
-       Querrás decir, “asistiremos” ¿llevaras a Takao-kun?
-       Cla-Claro que iré con él. ¿con quién más?
-       Ow, son tan lindos. Bueno, ya. Dime, que tengo a un prometido al cual golpear ¿para qué me llamaste?
-       Bueno, veras… no sé cómo decírtelo… tengo a alguien que quiere que veas… - nervioso, normalmente Shintarou no tartamudeaba, pero estaba tocando terreno minado.
-       ¿alguien? ¿lo conozco?
-       Ummm, sí.
-       Midorima-kun, ¿Qué sucede? ¿Por qué estás tan extraño? ¿Quién es?
-       Es… bueno…
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Absorto en sus pensamientos, cuando escucho un sonido, acompañado de un cristal rompiéndose. Taiga se apresuró a donde lo escucho. Entrando sin permiso. Encontró al paciente tirado en el suelo, boca abajo. Ayudándole a reincorporarse y colocarlo sobre la cama. Era pesado.
-       ¿está bien?
-       Ugh… sí. – gruño de dolor. Acomodándose sobre la cama.
El sonido de la voz se le hizo conocido, girándose, encontrándose con un sujeto de piel morena que tenía un corte sangrante por encima de la ceja. Taiga lo miro fijamente, frunciendo el ceño. Tensando todo su cuerpo. Cuando lo dejo sobre la camilla, se apartó.
¿Qué estaba haciendo ahí?
-       ¿Qué haces aquí?  - pregunto el pelirrojo.
-       ¿no debería preguntar yo eso? No te ves enfermo. – le señalo el moreno, arrepintiéndose al instante tras el dolor en su brazo. Taiga le respondió con el tono más grueso, frunciendo el ceño.
-       No tanto como tú.
-      
-       ¿y bien?
-       ¿algo le paso a Tetsu?
-       Nada. Aunque no te lo diría.
-       Tan infantil como siempre Bakagami.
-       Cállate, Ahomine. – ambos sujetos iban a ponerse a los puños, cuando de repente recibieron un fuerte golpe en la cabeza.
-       ¿Quieren callarse los dos? Están en un hospital. Aomine, estas lastimado, deja de buscar pelea y tú, que Kuroko se encargue de ti.
-       ¿no estaba contigo? – pregunto confundido, buscándolo con la mirada, pero no lo encontró.
-       Se quedó en el pasillo platicando con una de las enfermeras.
-       ¡Espera! ¿él sabe que Ahomine está aquí?
-       Bueno, tenía que saberlo.
-       ¿Por qué?
-       Es una emergencia.
-       No, a lo que me refiero es… - fue interrumpido en el acto cuando Tetsuya apareció.
-       Ya estoy aquí. ¿Taiga? ¿Qué haces aquí?
-       Esa pregunta es general, ¿no? ¿Qué está pasando aquí cuatrojos?
-       Respeto, que andas llenando de ceniza el hospital. En primer lugar, yo le conté a Kuroko porque es el único que creo sea posible de ayudar con esto.
-       ¿a qué te refieres? – Shintarou iba a responder, pero fue Tetsuya quien respondió.
-       Aomine-kun sufrió un accidente hace unos días. Su patrulla se estrelló mientras perseguía a un criminal y como ves, está muy mal.
-       No es tan grave. – bufo Taiga. Shintarou interrumpió.
-       Tiene heridas superficiales, costillas rotas y el cuello dislocado.
-       ¿y qué tiene que ver Tetsuya en todo esto?
-       Midorima-kun me pidió que cuide de Aomine-kun este fin de semana.
-       ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué hay de Momoi?
-       Esta fuera de la ciudad por una conferencia.
-       ¿Akashi?
-       Bromeas, ¿verdad?
-       ¿Kise? Ellos son buenos amigos.
-       Kise está indispuesto. De gira en París, preparando un calendario.
-       ¿Midorima?
-       Estoy todo el día en el trabajo y no puedo hacerme cargo de un herido. Mi vida ya es cansada, no me agregues más trabajo para la casa.
-       ¿y tú eres el único? ¿Qué hay de sus padres?
-       Su madre llegara el lunes para cuidarlo, pero mientras, este fin de semana estará solo. No podemos dejarlo a su suerte.
-       ¿Por qué no?- hundiéndose de hombros.
-       Taiga. ¿lo dices en serio? – ante la mirada inquisitiva de su pareja se dio cuenta de sus palabras. Tragando en seco, sintiendo el golpe de culpa.
-       Yo… no.
-       Solo se quedara en nuestra casa  este fin de semana, cuidaremos de que tome sus medicinas y descanse. Se la pasara todo el día totalmente inconsciente por los medicamentos. No dará problemas.
-       ¿Qué dice él? ¿está de acuerdo?
-       Tendrá que, si quiere dejar el hospital con mi consentimiento. Solo falta que ustedes digan que sí. – agrego Shintarou, mostrándole una hoja.
-       Taiga, por favor.
-       Tsk, está bien. Solo porque me lo pides tú, pero si intenta meterte mano te juro que lo dejo peor.
-       Esta herido, ¿Qué crees que podría hacerme? Incluso sano puedo domesticar a un idiota, ¿verdad?
-       Perdón. ¿Cuándo lo darás de alta?
-       ¿Cuándo pueden llevárselo? Las enfermeras están muy molestas con este paciente.
-       Taiga.
-       Danos unas horas.
-       ¿eh?
-       Oye, fin de semana cuidando a mi viejo enemigo y conociéndote, sé que no me dejaras hacértelo. La abstinencia no es para mí.
-       Ok, no quiero oír sus intimidades.  – Shintarou negó, sacándolos a ambos de la habitación.
En el pasillo, Taiga apresaba a Tetsuya contra la pared, besándole de formas que el otro no podía simplemente quedarse quieto sin encender su libido.
-       Tetsuya, me tienes que sobornar para dejar entrar a otro hombre a nuestra casa. – riendo, Tetsuya envolvió sus brazos alrededor de su cuello, atrayéndolo para profundizar el beso.
-       Está bien, solo una vez.
-       Claro, solo una vez.





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