Mestizaje - Capitulo 1


+++++

 

“el podría ser mi salvación, mi escapatoria, o tal vez ¿mi perdición?” – las indecorosas palabras que había dicho en silencio mientras pensaba en un futuro no tan distante, solo me atrevía a ver lo positivo, pero lo negativo estaba mas presente en ese punto, como que el cielo nunca se teñiría de un color purpura o como que el matrimonio arreglado era irrevocable. Solo tenía una opción, una sola oportunidad de escoger mi destino y debía pensarlo dos veces antes de responder a esa interrogante.

Fragmento del diario de Timothy Swardson Montesco.

 

***

Después de leer el escrito del diario quede con una incógnita, ¿Qué paso después?, como cualquier otro historiador la curiosidad y la duda me impregnaban constantemente, pero esta vez era diferente, no sabia como describir el sentimiento de el autor, agobiador, polémico. Todos los tabúes se habían rompido con una simple pagina de diario, si alguien hubiera imaginado como la vida de un personaje secundario y desconocido cambiaria la manera de pensar de un reconocido historiador pensarían que deliraba hasta por las orejas. Pero ahí estaba yo, con el demás contenido del diario frente a mi, era de cuero negro, con las letras “diario” escritas con color dorado y en cursiva, propio de la época en la que se había redactado, suspire por milésima vez al reconsiderar abrir el diario del hermano de mi bisabuelo, de quien no sabia nada, era una violación a la privacidad, incluso si se tratara de un muerto, pero de eso se trataba ser un historiador de indagar en el pasado, en nuestro pasado y el de los que nos rodean y nos rodearon algún tiempo atrás. Coloque ambas palmas de la mano sobre el escritorio, dispuesto a proseguir mi lectura, sin embargo el tener el diario de un muerto me hacia pensar que debía pedir el permiso haciendo una pequeña oración y disculparme por mi atrevimiento al tomarlo. Junte las palmas y comencé a rezar.

-          … perdóname querido tío Timothy, que en paz descanses, por haber tomado tu diario, que es privado, no tengo excusas para justificar mis acciones, solo deseaba hacértelo saber y pedirte que no te moleste en tu sueño eterno el que yo indague en tu pasado… pero es que necesito saber la verdad, amen – termine de rezar, por un momento pensé en que hubiera dicho mi ex maestro de mi actitud hacia el diario de un difunto, tal vez se hubiera reído de mi y chasquearía los dientes para hacerme cabrear y entender que estaba actuando poco profesional.

Lentamente abri el diario, con mucho cuidado, el nombre de Timothy estaba en la primera página, al igual que su edad, con la que comenzó a escribir el diario, “18 años”, tan joven y a la vez tan complejo, lleno de problemas y dudas. Las primeras paginas eran de marzo, próxima la primavera, hasta las hojas despedían el mismo aroma que la naturaleza silvestre y salvaje, de seguro había estado presente en un bosque. Dirigí mi vista a donde comenzaba la escritura pulcra y perfecta para un semi adulto.

***

La nueva casa en el campo es muy hermosa, en especial por que se encuentra en una isla, si, la isla Esmeralda, invisible ante los ojos de muchos navegantes, nuestra gente lleva varios años aquí en armonía y no ha habido ningún disturbio en cuanto a los nativos, quienes se caracterizaban por ser salvajes y agresivos, el único problema que he encontrado en este paraíso utópico es la aberración de la sangre nueva, la sangre sucia, o como aquí se hacen llamar “mestizos”. No es como si tuviera algún complejo en su contra, mas bien es lo que nuestra gente piensa de ellos, son como la muchedumbre mas baja que puede haber, aunque no son tan distintos a nosotros, es mas algunos de ellos son amables y tienen un sentido muy variado de ver las cosas dependiendo de la situación en la que se encuentren, algo que no se ve muy seguido. Mis padres son de ese grupo racista que no puede tolerar estar cerca de ellos, sin embargo se han hecho de varios esclavos y mestizos como servidumbre, lo cual no mejora el hecho que se les haga menos y que sigan pensando que son un grupo de menor importancia.

Por fin pude conocer mi habitación, fue reconstruida por algunos hombres de mi padre, tiene dos puertas ventanas frente a la cama, la cual se encontraba con sabanas nuevas y mis maletas sobre ella, el antiguo ropero de pino esta en la esquina, lleno de los trajes que mi madre encargo antes del viaje al sastre. Aunque mi atención no era la habitación, sino el jardín, si el jardín era tranquilo y privado todo estaba perfecto. Cuando salí para ver el lugar, note como una hilera de flores silvestres abundaban en la parte trasera de la casa, rosas, tulipanes, gardenias, margaritas, una gran variedad conocidas y desconocidas, mi atención se fijo en una pequeña flor color naranja al borde de la barda, justo cuando la iba a cortar un extraño me lo impidió, el jardinero de mi madre, Esteban, quien se encontraba al otro lado de la barda matando la hierba, ese fue mi primer encuentro con el. Lo primero que hice fue soltarme de su agarre, no tenia derecho a tocarme, mucho menos a llamarme la atención, eso me enfureció y le reclame.

-          ¿Cómo te atreves a alzarme la voz? – mis palabras y posturas hicieron reaccionar al hombre de piel morena, no oscura, recordándole su posición.

-          Yo… lo… lo… lo siento, señor. Es solo que debe tener cuidado, no todas las flores son inofensivas. Como esa, aunque  no lo parezca, es letal.

-          ¿de que hablas? Si solo es una flor silvestre. – volví a intentar tomar la flor, pero nuevamente me detuvo.

-          ¡No! No cualquier flor, es la flor de las ánimas. Muy sagrada, no se debe cortar, a menos que haya muerto en la casa.

-          ¿en serio? – levante una ceja, ante la extraña sensación de su palabras, no parecía mentir, estaba completamente seguro de lo que decía y lo creía al 100%.

-          Si, señor.

-          Entiendo. Y perdón por interrumpir tu trabajo, solo continúa.

-          Como usted diga.

Continué recorriendo el jardín, un calor se apodero de mi palma, que no se disipo fácilmente. Me llevo todo el día pero llegue hasta donde terminaba todo el jardín y la propiedad, era un paisaje indescriptible, que aunque utilizara las palabras apropiadas para describir la belleza mas bella del mundo no serian suficientemente creíbles, el sol atravesaba las esponjadas nubes y se perdía en el horizonte, mientras daba un espectáculo de colores y destellos cristalinos sobre el agua del mar. Le presencia de un intruso se hizo notoria, cuando me di la vuelta apareció bajo la luz del atardecer con su sombrero entre las manos y su ropa de trabajo rota y llena de tierra.

-          ¿Qué quieres?

-          Nada. Solo buscaba un lugar en donde descansar un poco, no creí que hubiera nadie por los alrededores.

-          Es mi propiedad después de todo.

-          Si, pero lo que quiero decir es que no pensé que “usted” anduviera deambulando por esta parte en especial.

-          ¿a que te refieres? ¿sabes que? Mejor olvídalo, me voy de regreso a casa.

-          No, espere, no quería hacerle enojar, solo… lo lamento me pase de la raya, usted es mi amo, perdóneme por lo que he dicho. Uff... en serio que soy un tonto campesino.

No se el porqué, pero al estar en una situación de este tipo, fue como si un rayo atravesara mi corazón, y mi mente reacciono, me estaba comportando exactamente como lo que mas odiaba. Me acerque al hombre y me incline para que me diera la cara.

-          No lo eres.

-          ¿Qué?

-          Dije que no eres un tonto campesino, además creo que tienes razón no debería de andar por estos lugares sin conocer bien el lugar. Perdón.

-          No tiene que disculparse, usted no sabía. Yo debí de haberle dicho antes. Por eso es mi culpa, no de usted.

-          Claro que lo es y no digas lo contrario. Ahora si me disculpas debo regresar a la casa antes de que mis padres se mueran de preocupación por mí.

-          Creo que es lo correcto.

-          Por cierto, ¿Por qué dijiste “este parte en especial”?

-          No creo que le interese mucho, puras palabras sin sentido. – su expresión cambio a una cara de dolor insoportable y contenido dentro de si mismo.

-          Ok, no preguntaré mas.

Me aleje del jardinero mientras regresaba a casa, el hombre se quedo recargado sobre un árbol, su enorme cuerpo se bañaba con los últimos rayos del sol, el sudor le recorría toda la cara y el pecho, pero el seguía con la mirada hacia el frente, un sujeto misterioso. Pero era mas misteriosa mi extraña fascinación con el. Tenía un leve presentimiento, asi como la sensación de que algo estaba iba a cambiar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuerpo Frío, Corazón Caliente - Capítulo 11- Competencia de Bastadors (Parte 3)

Cuerpo Frío, Corazón Caliente - Capítulo 7 - Carnaval (parte 2)

Cuerpo Frío, Corazón Caliente -Capítulo 0 - Prisión de Hielo