Previews - ¡¡PROYECTO NUEVO!! - Original
1.
El nuevo.
Instituto Richardson
Para
Pacientes con Problemas Mentales y Trastornos Psicológicos.
1980 – 2013
Información del Paciente:
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Edad: 18 años.
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Sexo: H
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Diagnóstico: sujeto
extremadamente peligroso. Trastorno de bipolaridad. Agresividad. Inadaptado,
aislamiento. Tendencias suicidas. Alucinaciones. Depresión.
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Comentario: dadas las
situaciones y de acuerdo a su expediente se ha declarado que el paciente debe
permanecer sedado hasta que su médico general de una orden para detener el paso
de sedantes.
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Cuatro paredes, una cama,
varios libros en un pequeño estante al fondo y una sola ventana rectangular, de
marco de madera desgastada y mal pintada, asegurada por ambos lados.
Al final del pasillo, en el
segundo piso, existe una habitación secreta. Existe, pero nadie la puede ver,
nadie humano. Está a vista de todos, quienes pasan por semejante pasillo, al
acercarse demasiado olvidan esa curiosidad humana que les ha llevado a ese
lugar y simplemente vuelven a dar la vuelta sobre sus pasos.
Se dice que es el paciente más
peligroso que ha existido en los últimos años, desde que se fundó el Instituto
Richardson. Que es un muerto en vida que solo se limita a mirar a través de la
ventana hasta quedar dormido, día a día. En un estado de somnolencia a causa de
los medicamentos que se le suministran, o más bien le obligan a ingerir.
¿Cómo se todas esas cosas sobre ese sujeto?
Bueno, se puede aprender
mucho de uno mismo cuando tienes el suficiente tiempo para hacerlo. Sin nadie
que te moleste o que te distraiga es muy simple analizar tu propia existencia
de un mundo en el que solo eres considerado como uno más del millón.
Suspire pesadamente, mi
respiración estaba algo extraña, tenía reseca la boca y se me hacía difícil el
tragar mi propia saliva. Al parecer las medicinas estaban comenzando a afectar
mi metabolismo, que ya no era el mismo desde que ingería todas esas pastillas
en forma de monedas.
Estaba recostado sobre la
silla frente a la ventana, dejando caer ambos brazos a los costados, la mirada
fija hacia el exterior en un punto distante. La puerta detrás de mí seguía
asegurada con un conjuro. No podía invocar ningún hechizo para liberarme, ya no
me quedaban más fuerzas para hacerlo. El mínimo movimiento me era imposible, a
menos que quisiera desmayarme por ello.
¿Este sería mi final? Jamás
les había prestado demasiada atención a las personas, siempre absteniéndome de
mostrar alguna clase de simpatía o emoción a los demás, siempre mantenía mi
distancia, siguiendo cada una de las órdenes que me imponían. ¿Quién hubiera
dicho que al no acatar la más importante de ellas terminaría en un lugar como
este? Condenado a morir porque había seguido mis propios sentimientos. Nunca
desee esta vida, alguna vez soñé con ser alguien diferente, pero mi destino
estaba escrito, y tenía otros planes para mí.
La puerta detrás de mí se
abrió lentamente, la silueta de alguien se acercó por detrás, teniendo sumo
cuidado al volver a cerrarla. Caminando lentamente, su calzado retumbaba en la
habitación, hasta que sus pasos se detuvieron y el sonido de su respiración y
mi palpitar eran lo único que se escuchaba. Posando su mano sobre mi hombro, lo
apretó un poco. Sabía que era lo siguiente, no había necesidad de explicarlo.
Me dormirían para toda la eternidad, solo de esa forma podrían mantenerme
seguro y a los demás.
Un bien justifica el mal que se hace.
No podía evitar al menos
dejar de pensar en esa persona. Verle una última vez, ya que en mis sueños no
aparecía. Su rostro comenzaba a desaparecer como la tinta cuando el agua cae
sobre el papel. Por fin lo había perdido todo.
Cerré los ojos, suspirando
profundamente. Una lágrima se deslizo por mi mejilla y cayó al piso. Estaba
listo para cerrar los ojos y no volver a abrirlos. Mi castigo.
Afuera estaba lloviendo
fuertemente, pequeñas gotas caían contra el suelo y chocaban contra la ventana.
Recordándome aquel día. Dicen que tu vida pasa frente a tus ojos cuando vas a
morir, en el último segundo. Comprobémoslo.
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