Sex Pistols - Capitulo 5
[Amor y sentimientos conflictivos]
Regresaba por el mismo
camino que había visto a Norio correr hacia los chicos, solo que esta vez me
detuve al escuchar dos voces diferentes. Norio y Hideikuni estaban parados
frente a frente, a mitad de la calle. Me escondí entre las sombras, parecían
pelear, pero no era el caso, ¿Qué pasaba?
-
Norio, te amo – las
palabras entraron a mi sub consiente, ¿había escuchado bien? todo parecía tan
surreal, Hideikuni - ¿Cuántas veces tendré
que decírtelo para que me tomes en cuenta?
-
No necesitas hacerlo,
ya te he dado una respuesta antes – no levantaba la mirada, pero lo veía
llorar, molesto, sus cabellos bloqueaban cualquier rastro de su mirada. - ¿Por
qué no lo entiendes? Solo te veo como un
amigo, además eres el hermano de mi novio.
-
Medio hermano. – corrigió
Hideikuni, Norio rodo los ojos y dejo salir un suspiro cansado, obviamente
molesto de la conversación.
-
Eso no importa. ¿Por
qué no entiendes que yo ya tengo a alguien? Amo a Kunimasa, nos vamos a casar
muy pronto, ¿sabías? – eso fue algo genial, merecían ser felices, pero
Hideikuni se exalto y tomo a Norio por los hombros, estaba pensando en
intervenir, pero mis pies no se movían de su lugar.
-
No lo permitiré. –
Norio se liberó del agarre y le dio una fuerte cachetada, tanto que retumbo en
el espacio vacío de la calle.
-
No puedes estar
hablando en serio. Es mi vida, es mi novio, y si te interpones te odiare. – su
tono de voz sonaba serio.
-
No, Norio, te amo, ámame también. Te hare muy feliz.
-
¿no ves que yo ya soy
feliz? Kunimasa me hace feliz. Creí que había dejado todo claro entre nosotros.
-
¿podrías aceptar mis
sentimientos? Te amo, Norio. – tomó las manos de Norio entre la suyas y las
llevo a su pecho. Norio se apartó, poniendo una distancia entre ambos, esta vez
su rostro parecía serio.
-
Lamento esto, pero no puedo hacerlo. Eres un
gran amigo, pero no te veo más allá de la amistad.
-
Me rechazas, ¿no? –
su voz sonaba triste, dejo caer ambos brazos a sus costados y bajo la mirada
hacia el suelo. La lluvia comenzaba a caer y las gotas mojaban el cabello de
Hideikuni, haciéndolo caer como una cortina alrededor de toda su cabeza.
-
Así es. ¿quieres que
te deje solo?
-
Por favor.
-
Te veré después.
Diciendo esto último, Norio
se dio la vuelta y siguió su camino. Me recargue contra la superficie del
edificio, ocultándome de la mirada de Norio y de Hideikuni. Aunque ambos
parecían inmersos en algo lejano, sin prestarme atención particularmente.
Así que eso era.
Ahora todo tenía sentido.
Las miradas, el trato agradable, las sonrisas, los gestos dulces, todo era por
Norio. En todas esas ocasiones Norio había estado presente o cerca.
No tú. Simplemente eres otro conocido más.
Me dolía el pecho, tenía
ganas de gritar, pero ¿de qué serviría? Simplemente me di media vuelta y
camine, sin definir mi destino.
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Norio caminaba con pasos
tranquilos, aunque su cabeza era un lio. Normalmente ya era un lio por sí
mismo, pero con Hideikuni todos sus tornillos explotaban. Él ponía todo patas
arriba en su relación, en especial porque era el hermano de su novio/esposo y
eso los afectaba mucho más.
No quería que Kunimasa
dejara de hablarle a su hermano por su culpa, no quería eso. Por eso su
insistencia con emparejar a Hideikuni con Alex. Tal vez ambos podrían llevarse
y comenzar una relación, y así mantener a Hideikuni alejado del trasero de
Norio. No era algo malo, de hecho era bueno su plan, solo que cuando lo veía
como un espectador, hacia verlo como un manipulador y mal amigo.
Alex le caía bien, y parecía
alguien bueno, agradable y muy educado, ¿Por qué Hideikuni no podía verlo?
Desde la llegada de Alex a la casa Madarame hubo una disminución en los
insultos de Manami en contra de Norio, la casa permanecía más limpia y las
ventas en el restaurante estaban al pico. Bueno, eso último era por
Yonekuni-senpai y Kunimasa, pero Alex también tenía su encanto, los clientes no
se oponían a ser tratados por él. De diferentes maneras que Noria no quería
entrar en detalle.
Además, Alex no apartaba sus
ojos de Hideikuni. Por Dios, Norio era tonto y un poco despistado, pero no
idiota. Podía ver como Alex se comía a Hideikuni con la mirada, estaba
enamorado de él, y el otro no parecía notarlo. Tonto Hideikuni.
Deteniendo sus pasos al ver un par de zapatos negros frente a él.
Levanto la mirada, topándose con un hombre con anteojos oscuros y cabello rubio
peinado hacia atrás, casi como si fuera un casco, cosa que le dio un poco de
risa, pero trato de contenerse de no ofender al hombre.
-
Norio, ¿verdad? –
pregunto con voz calmada, aunque los pelos de la nuca de Norio se levantaron.
-
Sí, soy yo. ¿Por qué?
– retrocedió un paso.
-
Tranquilo, solo
quiero hacerte unas preguntas.
-
¿unas preguntas?
¿Quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre?
-
Veras, estamos
buscando a alguien – dijo mientras sacaba algo de su bolsillo, un pequeño
recuadro enmarcado sobresalió - este es,
su nombre es Allen Greenwood – le extendió lo que dedujo como una fotografía y
le echo una mirada, tragó en seco instantáneamente, pero trato de no mostrar su
asombro al ver la imagen. Devolviéndole la fotografía cortésmente.
-
¿Por… por qué lo
buscan? – titubea, mordiéndose la lengua.
-
Eso es… información
privada. Pero debes entender que esto es por el bien de los madararui. – dijo
en tono serio, casi podía sentir confianza en él, pero no podía bajar la guardia
en cualquier caso, porque seguían arrastrándole contra su voluntad.
-
¿el bien de los
madararui? ¿a qué se refieren? ¿es muy peligroso?
-
No solo es eso,
podría exponer a todos los madararui. – levanto la mirada, había atrapado su atención por completo. Alex ¿era
peligroso? No solo eso, sino que revelaría el secreto de nuestra especie. Eso
era imposible, además, el sujeto en la foto no podía ser Alex, ¿verdad? –
Norio-kun, ¿podemos ir a un lugar más privado? Esto es un poco más complicado
de explicar en público. – vio que sus manos llevaban guantes de piel negros,
toda su vestimenta era oscura, pero su cabello era el único desliz en su
disfraz. A pesar de ello, podía ver que sus ojos lo miraban fijamente, sin
levantar cejas o entrecerrar los parpados, su boca se mantenía en una mueca
similar a una sonrisa. Era extraño y le daba un poco de miedo.
Aunque quería negarse y
darse la vuelta por donde había venido, el sujeto parecía reacio. Asi que mejor
decidio asentir y caminar, eso si, a un lugar que fuera visible para las demás
personas. Caminaron muy poquito, cerca de dos puestos sin servicio cuando el
hombre se detuvo. Norio hizo lo mismo, aunque el escalofrió de nervios seguia
sobre su piel y no podía dejar de sentirse amenazado.
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¿Seguía caminando? Eso
parecía, aunque eran mis piernas las que se movían por si solas, manteniéndome
en movimiento para distraer mis pensamientos, pero no servía de nada. Todo daba
de vueltas en mi cabeza, Hideikuni como el epicentro de mis pesares.
¿Qué estaba pensando?
Obviamente él estaba enamorado de alguien mas y ese alguien era Norio, jamás había
tenido una oportunidad. Quiero decir, a comparación con Norio yo era un sujeto
que mentía cada dos palabras en una conversación civilizada, mis manos aún
seguían manchadas de sangre, y Norio era alguien limpio. La diferencia era
enorme, yo no era digno. Lo único
positivo del asunto era que no le había tenido que decir nada sobre “el
asunto”, eso habría sido peor, me habría muerto de la vergüenza al ser
rechazado.
Aunque decía eso en mi
mente, el dolor no disminuía, sino que mi corazón se oprimía más y más. Un gran
y prolongado suspiro salió de mis pulmones, sentía el peso de todo el mundo
sobre mis hombros. Así que esto era el amor.
Viendo la figura de Norio,
parado a mitad de la calle, mojándose todo el cuerpo, lo que llamo más mi
atención fue su extraño acompañante. Rápidamente lo reconocí, Damian, ¿Qué
estaba haciendo aquí? O más bien, ¿Qué estaba haciendo Norio con él? Me escondí,
agachando la cabeza, trate de agudizar el oído, pero me era imposible.
Su vestimenta era tan
evidente, traje negro con lentes de Sol, ¿en serio? Utilizando la oscuridad me escabullí
hasta llegar a un lugar mas cerca, era una pequeña brecha que había entre los
edificios y un poste estaba hasta la mitad, dejándome protegido y oculto.
Revise el área solo con la
mirada, podía sentir la esencia de los madararui por todas partes, ¿estaban
rodeando a Norio? ¿Por qué? Al que buscaban era a mí, ¿no?...
Al final de la calle dos
hombres permanecían contra la pared, sin perder de vista a Norio y su
compañero, además dos vehículos bloqueaban ambos extremos, era una jaula para
impedir que retrocediera. Si entraba me verían y, posiblemente, me atraparían.
Pero sino hacia nada, Norio seria llevaba para interrogatorio y la Agencia no
jugaba a las 1000 preguntas, te sacaban la verdad a golpes.
Mordí mi labio, ¿Qué debía
hacer?
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Norio detuvo sus pasos al
sentir la atmosfera pesada. ¿Qué era esta sensación? Todo su cuerpo temblaba.
Se sentía amenazado, y a la vez atrapado. ¿Qué?
-
¿sucede algo, Norio-kun?
-
Yo… creo que debería
volver con mis amigos.
-
Oh, ¿venía
acompañado?
-
Asi es, y no me
gustaría hacerlos esperar. – una mano me retuvo del brazo, jalándome con
fuerza, casi pude sentir como mis pies eran arrastrados ligeramente sobre el
suelo.
-
Vamos, por aquí
-
Yo…
-
Perdone, pero no se lo estaba pidiendo, era
una ORDEN. Venga. – esta vez el agarre aumento su fuerza, provocándome un dolor
desde el codo hasta el hombro, grite de dolor, pero el sujeto me cubrió la boca
con la mano. Ahora mis pies eran arrastrados mientras continuaba pataleando.
-
Me hace daño. – el
sujeto libero un poco de la presión, pero igual me retenía.
-
Es tu culpa por ser
tan descuidado. ¿no aprendiste nada sobre los secuestradores? Veníamos por otro
madararui raro, pero que suerte encontrar un retrogrado (valedor del linaje) al
menos no regresaremos con las manos vacias.
-
¿A dónde me llevan?
-
A la Agencia. Te
pondremos bajo protección.
-
Pero yo aprobé mi
examen madararui, ¿no es eso suficiente?
-
Ummm… no. Descuida,
me asegurare que estés cómodo.
-
¡NO! ¡Sueltame!
¡Auxilio! ¡Kunimasa! - ¿Por qué estaba pasándome esto a mi? Dios, Dios,
auxilio, alguien.
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Los gritos en suplica de
Norio desgarraban mi interior ¿lo dejaría asi? Que se lo llevaran y
experimentara lo mismo que yo.
-
¡CALLATE! – el sujeto
lo abofeteo, haciéndolo caer al suelo húmedo. ¿dejarlo? Y UNA MIERDA. Nadie
golpearía a mi amigo, bastardos abusivos.
Tome el trozo de tubo metálico
que estaba entre la pila de basura. Salte encima del sujeto, abanicando el tubo
en forma de un arco, lo golpee en la cabeza. No opuso resistencia al golpe
directo en la frente y cayó al suelo, inconsciente.
-
¡Bastardo! Ahora
veras – bramo alguien detrás mio, venia contra mi, y aunque en fuerza no le podía
hacer frente, tenia otros recursos.
Corrí hacia el lado opuesto,
dando un salto contra la pared, apoye mi fuerza en el pie y gire en el aire, haciendo
que el golpe con el pequeño objeto se volviera mas rápido y a la vez mas
fuerte. El sujeto recibió el golpe en la mejilla y perdió el control de su
trayectoria, chocando contra la pared. Escupió un poco de sangre y se desmayó.
Sin darme cuenta, uno de los
sujetos me tomo por detrás, envolviéndome en una llave que impedía a mis brazos
moverse. Solté el tubo. Era fuerte y me estaba apretando mas y mas hasta
hacerme ceder un poco de fuerza.
Ingenuo. Yo soy uno de los
mejores agentes de la Agencia. No me subestimes.
Inclinándome hacia el
frente, regrese mi cuerpo hacia atrás, surtiéndole un fuerte golpe en la cara
con mi cabeza. Este me libero, para sobarse la herida, que estaba sangrando. Me
miro, después de revisar la mancha de sangre en su mano, molesto.
Se abalanzo sobre mi, recogí
el tubo del suelo, sujetándolo firmemente con ambas manos, hice el mismo
movimiento solo que con mayor fuerza.
Alguien se movio detrás mio,
instantáneamente agite el objeto hacia la persona, pero tuve que detenerme a
mitad del camino al ver a Norio a solo tres pasos de distancia.
-
Maldicion, Norio,
casi te doy con esta cosa.
-
Lo siento… yo – se me
abalanzo y me rodeo con los brazos, atrapándome en un abrazo, algo nuevo que no
estaba acostumbrado y simplemente me quede como piedra, sin saber qué hacer.
-
Tranquilo, Norio,
todo está bien – dije para calmarlo, lo habia visto en un programa de
televisión, pero no sabría si funcionaria.
-
Ellos… ¿están
muertos?
-
Nah, no tienen tanta
suerte. Solo están inconscientes. ¿quieres que los mate?
-
¿Qué? No, solo…
vámonos.
-
Buena idea.
Tomé la mano de Norio y
comenzamos a correr, lejos de los hombres, solo pude morderme el labio, ahora
mi padre sabía dónde estaba y si lo sabía, también Víctor.
Muchos, muchos problemas se
venían encima, tendría que dejar la casa de los Madarame o serian puestos en
peligro igual.
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